Son muchas las veces en las que nos vemos en la situación de tener a un familiar, amigo o, incluso, una persona que acabas de conocer, que te comenta que está enfermo o tiene cualquier tipo de dolencia, en muchos de los casos presentando dolor crónico.
Nuestra más inmediata reacción es decir algo, nos vemos en la necesidad de abrir nuestra boca en misión de ayuda. Obviamente lo hacemos de buena fe, es algo que puede más que nosotros, tenemos que decir algo, nos pasa a todos.
La cuestión es si te has planteado alguna vez que lo que tú ves como una ayuda o apoyo, podría tener el efecto contrario e ir en detrimento de la salud de la persona.
Es de sentido común que palabras de desaliento no reportan beneficio alguno. Hay también ciertas cosas que dices que realmente no interpretas como palabras de desaliento. Está bien, acepto que algunos carezcan de sentido común y otros no se paren a pensar en la repercusión que podrían tener sus palabras. Es por ello que te voy a dar una explicación de esas que entendemos todos. Vamos a hablar de lo que no debes decir a una persona enferma y/o con dolor y de lo que debes pensar antes de tratar de ayudar.
Lo que no debes decir a una persona con dolor…
Pues no parece que estés enfermo (sépase que esto viene acompañado de una cara de incredulidad). He presenciado esto mismo en infinidad de ocasiones, de hecho lo he vivido en mis propias carnes. Un gran sinsentido. ¿Qué cara esperas que tenga una persona enferma para que tú te creas que está enferma? Lo primero es que no deberías poner en duda que alguien está enfermo y lo segundo es que deberías tener más tacto. Diabetes, cáncer, fibromialgia, condiciones cardíacas, etc. no se ven, no esperes caras moribundas.
No estará tan mal si está de paseo todos los días. Esta es una de las frases que más me exasperan. Lo que se le recomienda a casi todas las personas con dolor es que se muevan, que salgan a la calle y que se muevan. Para una persona enferma y/o con dolor crónico, lo que podría ir de la mano con una depresión, salir a la calle y hacer todo lo posible por moverse es un esfuerzo extraordinario, no les hagas las cosas más difíciles con un juicio sin pies ni cabeza.
Todos tenemos dolores, vamos hombre no seas una nena, échale más valor. Eso no lo quiere escuchar nadie, no ayuda, sino que puede afectar bastante a la autoestima de la persona. ¿Alguna vez te has planteado que la gente normalmente no quiere sufrir?
Yo te entiendo. No, tú no le entiendes. Cada uno vive el dolor/enfermedad de una manera diferente y la persona pensará otra vez con el que me entienden, si dejaran de decirlo de una vez. Quizás te puedes aproximar a entender a la persona si has padecido algo similar a ella alguna vez, pero cada uno es un mundo.
Eso está todo en tu cabeza. Muy bien, ahora pensará que le estás llamando loco, un empujoncito más hacia el desánimo y desesperanza. Lo que está claro es que sin cabeza no hay dolor (sin cerebro no hay dolor), que se la corte y solución garantizada.
Eso es psicosomático. Esta palabra se puso de moda y ahora todo el mundo la utiliza. Normalmente va asociado a un gesto despectivo (a veces de esta manera “¡va, eso es psicosomático!” ¿Qué te crees que significa psicosomático?, ¿crees que por decir eso la persona se va a curar?, ¿no te das cuenta que le estás quitando importancia al dolor de una persona que sufre? Para la gente en general “dolor psicosomático” equivale a “locura”.
Lo que te debes aplicar antes de hablar de dolor…
Por favor, NO HAGAS DE MÉDICO IMPROVISADO, DEJA ESO A LOS PROFESIONALES DE LA SALUD.
De salud y fútbol todo el mundo sabe… pero no.
Lo que necesita una persona con una enfermedad/dolor es que le muestres tu apoyo. Con un “te creo, ¿puedo serte de ayuda de alguna manera?” le haces un rey.
Esta entrada no pretende ser descortés, sino hablar de manera clara de un tema que tiene mucha más importancia de la que normalmente la gente le da, ya que influirá enormemente en la evolución de la enfermedad/dolor de una persona.
La idea de esta entrada nació tras ver este vídeo de ABC RN. Desde aquí les agradezco su divulgación, la cuál nos ayuda a adentrarnos en cómo una persona enferma vive su dolor y todo lo que rodea a éste.
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La imagen de cabecera es una adaptación de un dominio público de Pixabay.
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