Trabajar sin engordar: ni un kilo más por sedentarismo laboral
Más del 50 por ciento de la población trabaja en una oficina o en un cubículo cerrado en el cual las probabilidades de engordar se incrementan: comiendo dulces, sentados mientras se labora, sin caminar prácticamente y sobre todo sin casi estirar el cuerpo y los músculos.
Estos detalles son los que día a día, si tienes un trabajo de oficina, te llevan a engordar más y más, casi sin explicación «al parecer».
Y decimos al parecer porque sí la hay y se puede explicar con una palabra: sedentarismo. No quiere decir que no estés trabajando, sino que tu mente trabaja pero tu cuerpo no. Por ello, en esta entrada te daremos algunos tips para que no sigas dejándote llevar por el trabajo nada más, sino que mientras uses tus aptitudes mentales también ayudes a trabajar tu organismo y cuerpo.
Lo que debes evitar:
Seguramente siempre te llevas al trabajo algún dulce para llenar la barriga cuando no hay trabajo o cuando el estrés ataca. Error número uno: así que no te lleves snacks que sólo le den azúcar a tu cuerpo, azúcar que no podrás procesar con ejercicios luego.
Evita estar sentado durante largos ratos porque perjudica tu salud y te hará ganar kilos demás. Cada media hora o menos, levántate, estírate y camina al menos unos 30 pasos lejos de tu oficina o espacio de trabajo, ida y vuelta.
Aunque tengas muchísimo trabajo, no saltes tu hora de almorzar, que no supere las 3 de la tarde porque entonces el cuerpo comenzará a consumirse las grasas almacenadas y que luego cuando decidas comer tu barriga pedirá mucha más comida lo que implicará un aumento del peso.
Lo que debes hacer:
Llevar meriendas nutritivas y sanas que sirvan para la media mañana y la tarde, como: almendras, maní, frutas, barras energéticas de cereales que te ayudarán además a mantener la calma y estar desestresado mientras trabajas.
Aprovecha las escaleras si trabajas en un edificio. Al llegar sube caminando, al salir también y cada vez que tengas chance sube y baja al menos dos pisos para que actives tu cuerpo y sobre todo tu columna no sufra dolores.
Lleva tu comida hecha en casa, ahorrarás dinero y evitarás comer siempre en la calle, que seguramente no será un restaurante donde puedas elegir comida sana, sino un puesto de comida rápida.
Mientras estés sentado estira los brazos hacia los lados y hacia arriba, estira las piernas también, flexiona el cuelo de forma circular, y cada 20 minutos si no puedes pararte a caminar gira el tronco de lado a lado; esto es gimnasia laboral.
El uso de fajas también es ideal, tanto hombres como mujeres pueden usarlas y ayuda además de moldear, a mantener una posición erguida. Lo que no se recomienda es utilizarla todos los días, pero puedes llevarla al menos tres veces a la semana.
No comas rápido. A veces el trabajo y querer salir ya de la oficina te obliga a comer velozmente. No lo hagas, porque mientras más rápido comas más rápido llegará el hambre otra vez. En cambio, al comer lentamente el cuerpo procesa todos los alimentos y se produce el efecto de saciedad.
Como verás todo depende de ti, de no dejar que la rutina laboral se apodere de tu cuerpo: organiza un día antes lo que comerás, lo que llevarás de merienda, planea los minutos que saldrás a tomar aire y estirarte.
De dejarte llevar por el sedentarismo, los papeles, las computadoras y sobre todo los dulces para matar el hambre durante el trabajo, tendrás como resultado unos cuantos kilos demás acumulados sobre todo en la cintura, lo que se llama grasa localizada, porque estás más sentado que de pie o caminando.
Y por si no lo sabías, la grasa localizada es aún más difícil de quemar y hacerla desaparecer.
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