Además es excelente para aliviar nuestra salud, tortícolis, lumbalgias, ciática, torceduras de tobillos y dolores osteomusculares, prepararse un bálsamo con sus frutos y aplicárselo para tal fin.
Las hojas de laurel contienen un aceite esencial cuyos principales componentes son el cineol y el eugenol. Estos dos componentes que le asignan propiedades carminativas, reducen los gases y hepatoprotectoras.
El laurel es muy bueno para el sistema digestivo (anima el apetito, las secreciones digestivas y los movimientos intestinales; facilita la digestión, mejora y previene la acidez estomacal y los espasmos intestinales), para el sistema respiratorio (colabora en la expulsión de las mucosidades de las vías respiratorias y tiene acciones bactericidas, es muy aconsejado en caso de bronquitis, faringitis, etc); para el sistema circulatorio (contiene ácidos grasos insaturados, como el oleico y el linoleico que poseen acciones beneficiosas disminuyendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares).
El beneficio que más se destaca es a nivel del sistema digestivo, ofrece una leve acción antiinflamatoria, regula la menstruación de la mujer y es diurético.
No es conveniente tomar laurel en exceso, porque puede resultar perjudicial para aquellas personas que tengan un estómago sensible.