Puede que tengas la fortuna de que esto solo suceda en temporadas de bajas temperaturas, pero los labios, en general, son más propensos a secarse que cualquier otra parte de su cuerpo.
Esto se debe a dos cosas principales: la primera es que la piel que protege nuestros labios es mucho más delgada que en cualquier otro lugar; la segunda es que los labios no tienen poros, lo que significa que no hay glándulas sudoríparas o de aceite para mantenerlos hidratados.
Es por eso que debes tener los cuidados necesarios para que tus labios no se resequen, se descarapelen y termines con la boca herida y sangrante.
Labios resecos: causas
Entre las causas más comunes para los labios resecos se encuentran los climas y las temperaturas extremos.
Por ejemplo, las ráfagas de aire frío y seco en el invierno y los rayos del sol durante el verano absorben la humedad de la piel, en especial la de los labios.
Por otra parte, pasar demasiado tiempo en habitaciones con calefacción o aire acondicionado también puede quitarle a tus labios la humedad.
Respirar a través de la boca también puede ser una causa de que tus labios se resequen.
Trata de respirar por la nariz tanto como sea posible, y si tu nariz está tapada, aplica un buen tratamiento de labios, especialmente antes de acostarte.
Por otra parte, los labios secos son una señal de deshidratación, esto altera el equilibrio natural de los minerales en el cuerpo y causa estragos en la piel.
Bebe mucha agua y come frutas y verduras frescas, como pepinos, tomates, calabacines, frijoles y sandías, para mantenerte hidratado.
Por último, tus labios podrían secarse si no tienen suficientes vitaminas hidratantes B2 (riboflavina), B1 y B6.
Labios resecos: curas
Si ya sufres de labios resecos, el tratamiento que debes seguir para curarlos consiste en tres pasos.
Exfoliar. Frota suavemente tus labios con una mezcla casera de aceite de oliva o coco o miel con azúcar y limpie con un poco de agua tibia.
La exfoliación te ayudará a eliminar la capa superior muerta y escamosa de la piel de los labios para darle paso a la piel fresca y joven debajo.
Mantenlos hidratados. Usa tu bálsamo favorito constantemente y no olvides aplicarlo por las noches.
Si quieres algo más natural, puedes aplicar aceite de coco, aloe vera o un poco de agua de rosas con miel.
No olvides aplicártelo por la noche, antes de dormir.
No te pases la lengua. Chuparte los labios solo hará que se sequen más.
Cuando la saliva se evapora de los labios, también se evapora la humedad natural en ellos.
Además, recuerda que la saliva es un componente clave de su sistema digestivo y está llena de enzimas para descomponer los alimentos. Un exceso de saliva también puede hacer que la piel de los labios se agriete.