Historia
En el país de Austria vivía un conde de apellido Tannenberg, caballero que poseía muchas riquezas y propiedades, no solo en su país, sino que también fuera de sus fronteras. Por aquella época en Austria, las familias con gran poder adquisitivo acostumbraban a que sus hijos se casaran con familiares cercanos, para asegurarse que las riquezas siempre se mantuvieran en su familia.
La familia Tannenberg no fue la excepción, se casaban entre primos y sobrinos, así se heredaban los bienes materiales de una generación a otra y seguían permaneciendo juntos.
Pero así como se heredaban los bienes materiales, sin percatarse, también heredaban sus males congénitos, y lo notaron hasta cuando algunos hijos empezaron a nacer con algún grado de ceguera, algo que fue en aumento, tanto, que al cabo de los años todos los descendientes que nacían eran ciegos.
Fue entonces, hace unos 100 años, los miembros de esta familia se reunieron, hablaron de la situación que estaban viviendo y consientes de lo que la provocaba, tomaron la valiente decisión de no volverse a casar entre ellos ni tampoco volver a tener descendientes. Fue así como terminó la familia Tannenberg al morir el último miembro, firme a la resolución tomada.
En la actualidad, el castillo en Austria donde vivieron, aún se conserva, y se puede observar en las puertas de los cuartos, uno, dos o más clavos, pues era tocando y contando la cantidad de clavos que cada sabían cual era su habitación.
Lo que dice la ciencia
Hoy en día se sabe que el color del pelo, la estatura, el carácter y todo lo demás lo heredamos de nuestros padres y generaciones anteriores en la familia, por lo que también heredamos defectos físicos y algunas enfermedades, por lo que cuando se casan entre los miembros de una misma familia, esto acrecienta pues los males de la herencia se juntan y pueden tomar más fuerza en los descendientes.
Países y religiones han creado leyes que no permiten el matrimonio entre familiares cercanos hasta cierta consanguinidad, por las investigaciones que dan veracidad a no efectuar esas uniones.
Imágenes: Blog Saber que...
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