El problema es que, si no se detecta y se trata a tiempo, la aparición del glaucoma puede llegar a producir baja visión y en el 5% de los casos, ceguera.
El glaucoma es una lesión irreparable del nervio óptico, normalmente provocada por un fuerte aumento de la presión intraocular. Esta lesión causa una pérdida progresiva de visión, que normalmente comienza por la periferia del campo visual. Los especialistas suelen calificar al glaucoma como el “enemigo silencioso” o el “ladrón de la visión”, ya que, en la mayoría de los casos, el paciente no experimenta ninguna molestia ni ningún síntoma hasta que se produce una pérdida visual permanente e irreversible.
Por eso es importante un diagnóstico precoz y el tratamiento inmediato después de la aparición del glaucoma.
Por esta razón, y coincidiendo con el Día Mundial del Glaucoma, el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas quiere concienciar a la población mayor de 45 años de la importancia de someterse a una revisión ocular anual en un establecimiento sanitario de óptica, ya que el óptico-optometrista dispone de la formación y de la aparatología necesaria para detectar el glaucoma en sus estadios iniciales, antes de que el paciente sufra una pérdida visual importante e irreversible.
Aunque el glaucoma puede aparecer a cualquier edad, algunos grupos de pacientes son más proclives a desarrollar la enfermedad en uno o ambos ojos:
- Mayores de 45 años que no se hayan sometido a un examen ocular en los últimos años.
- Personas con antecedentes familiares de glaucoma.
- Pacientes con una presión intraocular alta.
- Personas con miopía elevada (mayor de 5 dioptrías).
- Pacientes medicados con corticoides.
- Personas que hayan sufrido un golpe o traumatismo en el ojo.
- Personas con diabetes.
¿Conoces a alguien con esta patología? ¿Acudes regularmente a revisiones oculares?