El glaucoma es una enfermedad que afecta directamente a los ojos haciendo que estos pierdan su capacidad visual de forma paulatina. Por normal general no tiene síntomas característicos que lo definan, así que podría darse el caso de la perdida total de la visión repentinamente. Algo realmente terrible.
Hoy en día con la concienciación social que existe con visitar al oculista al menos una vez al año podemos detectar y prevenir este tipo de enfermedades rápidamente mediante exámenes oftalmológicos programados y continuados. Por eso es importante tener en cuenta estos reconocimientos médicos periódicos, ya que, si una persona que sufre glaucoma en un ojo no se pone a tratamiento a tiempo podría desencadenar una ceguera en el ojo afectado.
El glaucoma surge cuando el fluído intraocular que se produce en el ojo y circula por su interior para mantenerlo sano no es capaz de drenar, es decir no es capaz de salir. Entonces es cuando este líquido se acumula y el sistema de drenaje se tapona. Al acumularse el líquido intraocular se produce un aumento de presión en el interior del ojo que poco a poco va dañando el nervio óptico, el encargado de mandar los estímulos y recibir las respuestas del cerebro. Cuando este nervio sufre el sentido de la vista va poco a poco se va a degenerar, es decir, perdiendo sus facultades, hasta llegar a la perdida total o parcial de la visibilidad.
Aunque la acumulación y presión del líquido se produce sin que nos demos cuenta en el ojo, de forma que no existen síntomas evidentes o diagnosticados como tal. En algunos casos de glaucomas más severos se pueden presentar síntomas como visión borrosa, dolor de ojos o cabeza, náuseas y/o vómitos, visión de halos de arco-iris o percepción de pequeñas luces brillantes (como estrellas), perdida inesperada de la visión o irritación de los ojos.
Existen varias formas que ayudan a disminuir la presión de los ojos, una de las más sencillas y comunes es disminuyendo los niveles de insulina en la sangre. Esto podemos lograrlo practicando ejercicio con regularidad y controlando los niveles de insulina en sangre. Llevar una vida equilibrada, no solo ayuda a mantenerse saludables, sino también a prevenir y reducir el riesgo de las diferentes patologías.
Y tú, ¿acudes periódicamente al oculista?
Fuentes: Glaucoma Research Foundation Mejor con salud
Imagenes: Wikipedia Pixabay
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