Esta patología en la que aumenta el nivel de azúcar en sangre por una incapacidad de regular correctamente la insulina, puede ocasionar variaciones negativas tanto en la salud del bebé como en la de la madre, ocasionando, en la mayoría de las oportunidades parto prematuro, macrosomía o en los casos más graves, malformaciones.
El relevamiento fue realizado sobre 22 mil mujeres del Norte de California a lo largo de diez años. Durante este periodo se observó que las madres que habían aumentado entre 5 y 8 kilos entre los embarazos, triplicaban las probabilidades de desarrollar diabetes gestacional, en comparación con aquellas que relativamente mantuvieron su peso.
Las consecuencias de la diabetes gestacional, si no es controlada pueden volverse serias, especialmente en la última etapa del embarazo, durante el parto e inmediatamente después del nacimiento del bebé, ya que incluso predispone a la madre a sufrir diabetes en un futuro.
Si bien el estudio excluye a aquellas personas que desarrollan la enfermedad por patrones genéticos hereditarios, alerta sobre los beneficios de bajar más de 3 kilos después de dar a luz, ya que este hecho por sí solo podría reducir a la mitad el riesgo de diabetes gestacional, especialmente entre las mujeres que comenzaron su embarazo con sobrepeso.
Este nuevo dato permite generar conciencia sobre la importancia de cuidar el estado nutricional de las futuras madres, incluso cuando ya se ha pasado por la experiencia de un embarazo saludable.