También llamada bronquitis crónica o enfisema pulmonar, esta enfermedad, asociada con el consumo de tabaco, se caracteriza por una dificultad del paso de aire por los bronquios, que provoca habitualmente ahogo (llamado también disnea), tos y expectoración, síntomas que cuando aumentan implican una agudización de la enfermedad.
Imagen: ismael villafranco/ Flickr
Dejar de fumar es probablemente el mejor tratamiento que puede hacer el paciente.
En cuanto a lo que respecta al peso, tanto el exceso como el déficit es perjudicial, por lo que se recomienda mantener una dieta equilibrada, limitando la ingesta de alcohol para momentos puntuales, pues su consumo reduce las defensas y empeora la función respiratoria.
En estas personas es especialmente importante evitar complicaciones, por lo que se les indicará la administración de la vacuna contra la gripe y antineumocócica, siendo clave para un buen manejo de la enfermedad que el paciente no sólo tome la medicación que le hayan prescrito, sino que conozca para qué sirve y cómo debe realizar la técnica de inhalación de una forma correcta, pues de lo contrario el tratamiento no será efectivo.
Ejercicios respiratorios de fisioterapia así como pasear, aunque sólo sea por el pasillo de su casa, hará que el enfermo aguante mejor el esfuerzo, siendo también valioso que consuma al menos 1,5 litros de agua al día, pues ayudarán a hacer más fluida la expectoración y limpiar la vía respiratoria de secreciones.
¿Conoces a alguien con esta enfermedad?
Fuente: Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).