El cinturón de seguridad te puede salvar la vida, pero también es el principal causante de uno de los padecimientos de la fisioterapia más común: El síndrome del latigazo (whiplash, por su nombre original en inglés).
Cuando tu cabeza imita un látigo
La causa del síndrome del latigazo es simple: Cuando chocas de frente o reduces la velocidad drásticamente, nuestra cabeza, que es la única parte de nuestro cuerpo sin un soporte como tal, provoca una desaceleración repentina de nuestra columna cervical. El movimiento de la cabeza, que tiene un peso de poco más de 4 kilogramos, es hacia atrás, pero regresa como si de un látigo se tratase
Sentirás un dolor lumbar al instante, seguido de un entumecimiento de los músulos del cuello. Cuando el padecimiento es totalmente agudo, el dolor baja a la cefalea, sigue por el hombro y por el dorsal, terminando incluso en lumbagia. El dolor es curable días después de su diagnóstico.
Es muy difícil no sufrirlo, pero una de las maneras de evitar el síndrome del látigo es que tu cabeza esté bien recargada en los asientos del automóvil o juego mecánico. El tratamiento es muy básico, ya que necesitarás usar collarín unos días, aplicar calor en la zona afectada, y tomar algunos analgésicos de venta libre.
SI el dolor persiste por algunos días más, es posible que necesites un tratamiento especializado para aliviar el síndrome del latigazo. Mi recomendación personal es que acudas al fisioterapeuta lo antes posible
Imagen cortesía de: Andrew Bardwell (flickr.com), todos los derechos reservados
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