Una petición en Change.org pide que las grandes revistas y las marcas dejen de contar con el fotógrafo por sus escándalos sexuales con modelos y su tendencia a convertir casi todo lo que toca en pornografía.
¿Serán suficientes 50.000 firmas para conseguir que la moda dé la espalda a Terry Richardson? Si alguien pensaba que las denuncias de acoso sexual que asaltaron al enfant terrible de la fotografía hace unos años se quedarían en el olvido, estaban equivocados. El pasado de Richardson vuelve a la superfície gracias al activismo ciudadano. Archiconocido mediáticamente, tan amado como odiado, el fotógrafo consigue estar en el punto de mira constantemente: es el hombre que ha desnudado a la díscola Miley Cyrus en su último videoclip, el que convirtió al calendario Pirelli en un espectáculo de felaciones simuladas con bananas y portador de un pasado escabroso cargado de acusaciones de abusos verbales (y físicos) sobre sus modelos. Ha sido una adolescente británica la que ha decidido boicotear su trabajo a través de la plataforma ciudadana Change.org, con una petición dirigida a las grandes revistas y firmas de lujo para que no vuelvan a contratarle.
Alice Ehrenfried es una joven de Southampton que apenas supera la mayoría de edad y responsable de la iniciativa. En su escrito indica que el trabajo de Richardson "Influye negativamente en los medios de comunicación por su supuesto abuso y explotación de ciertas modelos". La adolescente se refiere a varios episodios acontecidos en 2010, cuando varias modelos denunciaron abusos por parte del fotógrafo. Jamie Peck aseguró que de las dos veces que posó para él, en una él llegó a desnudarse y pedirle que le llamase "tío Terry", "dejase jugar con su tampón" o le ayudara masturbarse. Rie Rasmussen, tras tener que simular una orgía femenina bajo su objetivo para Purple Magazine, dijo que la obra de Richardson era "degradante para la mujer" y Coco Rocha también se sumó a la oleada de denuncias asegurando que, tras dos trabajos juntos, no volvería a posar para él porque no le hacía "sentirse cómoda". Todo esto, sin olvidar toda la polémica que rodeó al ya extinto Tumblr Old Terry en el que el fotógrafo colgaba fotos comprometidas de sus modelos.
El propósito de Ehrenfried es "hacer ver al gran público y a las grandes firmas con qué clase de persona y artista están trabajando" ya que, aunque ahora intente mostrar una obra más depurada y refinada, "en sus comienzos las cosas eran muy distintas". Hasta el momento, la joven ha logrado aglutinar más de 10.000 firmas de las 50.000 que pide. En cuanto cumpla ese objetivo, tratará de presionar de forma directa, poniéndose en contacto con grandes empresas que han trabajado con él como Supreme, Chanel o publicaciones como Vogue, para pedirles que no vuelvan a contar con el fotógrafo.
Toda esta polémica no es nada nueva en la vida del "tío Terry". "Kibosh", el libro que publicó en 2005, es una colección de estampas en las que se puede ver al fotógrafo practicando sexo con sus modelos. Una de ellas, hizo mucho daño a la carrera de una española. Minerva Portillo, maniquí que en el año 2002 fue nombrada modelo revelación del año en la Pasarela Gaudí y que posó para él en pleno apogeo y despegue de su carrera, quedaba a la sombra por la publicación del libro y unas instantáneas más que comprometidas.
Claramente influenciado por Guy Bourdin, otro fotógrafo que abusaba de sus modelos, Richardson vive ahora alejado de las campañas polémicas y mantiene una relación estable con Audrey Gelmain, secretaria de prensa del aspirante a la alcaldía de Nueva York y una de las mejores amigas de Lena Dunham. ¿Funcionará el boicot contra Richardson si la petición llega a las 50.000 firmas?