Tanto los hombres como las mujeres son víctimas de este fenómeno, ya sea por falta de hormonas, envejecimiento o genética. Suele ser más común en los hombres. El envejecimiento puede ser la causa más común, ya que comienzan los cambios hormonales y se altera el organismo.
Este fenómeno se lo conoce como calvicie común o alopecia. Podemos encontrar diferentes tipos de él… Por un lado, la alopecia androgénica, que es la más conocida. Es la pérdida de pelo a causa de factores genéticos. Se la puede distinguir en hombres, aunque también en algunos casos de mujeres, mayores a 21 años que poseen entradas en las extremidades de la cabeza y en mayores a 50, se puede presentar firmemente en la coronilla. En el caso de padecer este tipo, se debe consultar a un centro especializado en ello.
El segundo tipo es la alopecia difusa, la cual es la pérdida progresiva de cabello que no llega a completar la calvicie. Se produce por causas de alimentación o determinados medicamentos que alteran el organismo, como anticonceptivos o anticoagulantes, entre otros.
El tercero es la alopecia areata, que puede evolucionar hacia una calvicie total. Es la pérdida de cabello en forma de círculos, o también denominado parches en diversas zonas de la cabeza. Suele ser provocada en su gran mayoría por el estrés emocional, aunque también puede provocarla la genética.
La cuarta clasificación es la alopecia cicatricial, que se lleva a cabo por una malformación, cicatriz o destrucción de folículos. Donde ese cabello desaparece, no puede volver a crecer un cabello renovado. Se detecta ya que el cuero cabelludo cuenta con la presencia de escamas y enrojecimiento lo que provoca ardor y molestia.
Por último, la alopecia traumática, que suele afectar a las mujeres, ya que se trata de la pérdida de cabello por el realizado de trenzas, moños o colas frecuentemente que provocan que el cuero cabelludo se tense y genere la perdida de esos cabellos que se encuentren tirantes.
La solucion a cualquier tipo de alopecia es poder consultar y tratar con un profesional de primer nivel que lleve un control diario de cada caso y así poder combatir con este fenómeno.
En resumen, podemos decir que las principales causas son el estrés, problemas hormonales, medicamentos de alta intensidad, genética y enfermedades. Dependiendo cada caso, puede ser más o menos grave. Pero no es imposible poder lidiar con este fenómeno, ya que lo que se debe buscar es el crecimiento pelo constante para evitar los lugares afectados.
Para comenzar a tratarlo, se debe comenzar por un diagnóstico médico que informe qué tipo de alopecia es la que nos afecta. En los casos más extremos como son los de genética (androgénica, por ejemplo) se puede recurrir al monoxidil, es una loción que se debe utilizar de manera externa, sea para hombres como mujeres. Se debe llevar una constancia al momento de comprometerse con el tratamiento, ya que si no, no será efectivo. En otros casos, se puede recurrir al trasplante capilar, que consiste en pasar cabellos de la zona de la nuca hacia donde está la alopecia. Es una cirugía realmente segura y solamente se utiliza anestesia local.
Es bueno aclarar, además, cómo llevar adelante la hidratación y nutrición del cabello, antes o después de solucionar la alopecia, ya que necesita estar fuerte y es un punto muy fuerte en nuestro cuerpo. ¿Encontrás muchos productos para nutrir el cabello pero tenes miedo de probarlos? No te preocupes, puedes hacer tu propio remedio con elementos naturales. Comenzamos con el aloe vera, también bueno para la piel, quien ayuda a mantener el cuero cabelludo sano y de manera saludable, agregando la limpieza de poros y la protección que este le brinda. El romero también puede ser una buena solución para prevenir la caída del cabello o quizás disminuir la cantidad de caída del mismo. Las algas, también con sus minerales, entre otros.
Lamentablemente, un gran porcentaje de la población es afectada por la alopecia, pero suelen detectarla a tiempo y tratarla sin desesperar a último momento. Se recomienda llevar una vida sana y una alimentación variada acorde a los regímenes de comida y edad de cada persona. También, realizarse un chequeo médico, como mínimo, por año, para poder ver si los valores hormonales y/o generales se encuentran entre los parámetros normales, evitando dejar pasar alguna alteración que pueda llegar afectar en un futuro al cabello o al cuerpo en general.