La fisioterapia no es nada más que el arte de saber mover las manos sobre la piel o lo que conocemos como un buen masaje.
Para todo fisioterapeuta su mejor herramienta es el saber usar sus manos para poder conseguir que la persona a la que les está dando un buen tratamiento pueda sentirse mejor.
Por medio de sus manos, un fisioterapeuta puede prevenir lesiones o incluso diagnosticar que es lo que le está pasando a una persona sin ningún problema.
Ellos pueden por medio de sus manos, recolocar las vértebras sin problema poner fin a las hernias, curar el túnel carpiano o aliviar su dolor, ayudar a las personas con parálisis cerebral a ser independientes, etc.
La mayoría de las cosas que se usan hoy en día en la fisioterapia, son las mismas que se usaban en la antigüedad y que debido a lo bien que funcionan se pueden seguir usando con total confianza.
Los primeros escritos que se encuentran relacionados con la fisioterapia se vieron por primera vez en Grecia y Roma, en los cuales ya se explicaban los increíbles beneficios de los masajes de este tipo en la piel de las personas y de la mejoría de las personas en las que se lo habían practicado.
Con el tiempo, los cirujanos ortopédicos comenzaron a usar este tipo de técnicas en sus consultas de rehabilitación.
Durante 1916, se creó una epidemia muy fuerte en Nueva York por la poliomielitis.Muchos pacientes en esta época se comenzaron a tratar con las terapias fisioterapéuticas.
Otro de los momentos en los cuáles la fisioterapia se hizo indispensable fue durante la segunda guerra mundial. Fueron miles de personas las que se organización para tratar a los heridos de guerra con estas técnicas, lo que hizo que la demanda de estas personas creciera muchísimo, extendiendo su trabajo a los enfermos que tenían bajas laborales o las personas que tenían alguna discapacidad. Con el tiempo, se incluso la fisioterapia en residencias de ancianos.
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