En este artículo repasaremos los signos del flujo vaginal normal y anormal, incluyendo las causas más comunes de la descarga vaginal anormal.
Anatomía femenina
Para comprender mejor este tema, es importante tener un conocimiento básico de cómo está dispuesta la anatomía reproductiva femenina. El flujo vaginal generalmente no es visible hasta que sale de la vagina, que es el paso desde el útero hasta el exterior del cuerpo. En el extremo superior de la vagina está el cuello del útero, mientras que el extremo inferior conduce a la vulva y los labios. La vulva es el nombre para referirse a la piel alrededor de la abertura vaginal.
¿Mi flujo vaginal es normal?
El flujo vaginal es producido por las células de la piel de la vagina y el cuello uterino bajo la influencia de la hormona femenina estrógeno. Las mujeres que tienen menopausia normalmente presentan una secreción vaginal mínima como resultado de los niveles más bajos de estrógeno. Entre las mujeres premenopáusicas, es normal que se tenga aproximadamente la mitad de una cucharadita (2 a 5 ml) de flujo vaginal blanco o claro, grueso, con apariencia de moco, y en su mayoría sin olor. Sin embargo, la cantidad y la consistencia del flujo varían de una mujer a otra.
La cantidad también puede variar en diferentes momentos durante el ciclo menstrual de una mujer. Puede llegar a ser más evidente en ciertos momentos, como durante el embarazo, con el uso de píldoras anticonceptivas / parche / anillo vaginal, cercano a la ovulación y en la semana antes del período menstrual.
Normalmente, la descarga contiene células vaginales de la piel, bacterias, moco y líquido producido por la vagina y el cuello uterino. Una descarga normal a menudo tiene un ligero olor y puede llegar a causar una ligera irritación en la vulva. Esta secreción es importante porque ayuda a proteger el tracto vaginal y urinario contra las infecciones y proporciona lubricación a los tejidos vaginales.
Cuándo se debe buscar ayuda por el flujo vaginal
Hasta aquí hemos dicho que el flujo vaginal es común y normal, sin embargo cuando también existen los siguientes signos y síntomas, ya el flujo no es normal y debe ser evaluado por un profesional de la salud:
Picazón en la vulva, la apertura vaginal o los labios
Enrojecimiento, ardor, dolor o hinchazón en la piel vulvar
Secreción de color amarillo o verdoso
Mal olor
Secreción vaginal teñida de sangre
Dolor durante el coito o al orinar
Dolor abdominal o pélvico
Causas del flujo vaginal anormal
Las causas más comunes del flujo vaginal anormal incluyen:
Una infección vaginal (por levaduras, trichomonas o una infección bacteriana)
La reacción del cuerpo a un objeto extraño como un tampón o condón olvidado, así como a espermicidas o jabones.
Los cambios que se producen después de la menopausia pueden causar sequedad vaginal, especialmente durante las relaciones sexuales, así como una secreción vaginal acuosa u otros síntomas.
¿Necesito ser examinada? Generalmente es imposible saber si el flujo vaginal es normal o no sin un examen. El examen físico es la forma más exacta para determinar la causa del flujo vaginal anormal. No se recomienda iniciar un tratamiento en casa antes de ser examinada porque el auto-tratamiento puede entorpecer el diagnóstico preciso.
Antes del examen, el médico puede hacer preguntas, tales como:
¿Tiene dolor en la espalda, el abdomen o la pelvis?
¿Tiene una nueva pareja sexual?
¿Cuándo fue su último período menstrual?
¿Toma algún medicamento?
¿Ha usado recientemente compresas, tampones, duchas vaginales, productos de higiene femenina o lubricantes?
Durante el examen, el médico examinará toda el área genital externa y llevará a cabo un examen interno. Tomará una muestra de la secreción para detectar la infección. En ocasiones es útil medir el pH o la acidez de esas secreciones, ya que la vaginosis bacteriana y la tricomoniasis hacen que el pH sea mayor de lo normal.
Tratamiento: en algunos casos, es posible hacer un diagnóstico y comenzar el tratamiento inmediatamente, basándose en el examen. En otros casos, el médico puede recomendar retrasar el tratamiento hasta que los resultados de las pruebas estén disponibles.
Las parejas sexuales de las mujeres con una infección de transmisión sexual, como la clamidia, la gonorrea o trichomoniasis, necesitan evaluación y tratamiento. Para otras infecciones, como la infección por levaduras o la vaginosis bacteriana, la pareja sexual no necesita tratamiento.
Si se indica un tratamiento, se debe evitar tener relaciones sexuales hasta que el mismo se haya completado.
¿Puedo tratarme yo misma? Muchas mujeres prefieren evitar la visita al proveedor de atención médica, sin embargo el auto-tratamiento puede retrasar la obtención del diagnóstico correcto, o incluso provocar el empeoramiento de los síntomas. Antes de seguir cualquier tratamiento se debe realizar el examen físico. En particular, no se deben tomar duchas vaginales para deshacerse del flujo porque las duchas vaginales pueden hacer que empeore si la causa es una infección.
A las mujeres que desarrollan infecciones bacterianas o por levaduras frecuentemente, se les recomienda utilizar un tratamiento preventivo.
Higiene
El flujo vaginal anormal puede desarrollarse con más frecuencia en mujeres que practican ciertos hábitos, por ejemplo, las que utilizan:
Duchas vaginales
Pantimedias diariamente
Sprays, enjuagues u otros productos de “higiene femenina”
Baños de espuma y otros productos muy perfumados
Ropa interior sintética o prendas muy ajustadas
Las prácticas higiénicas más saludables incluyen:
Utilizar agua o jabones suaves para lavarse los genitales. Usar agua tibia (no caliente) y la mano (no una toalla).
No usar duchas vaginales ni productos de higiene femenina. Si el olor o el flujo vaginal es molesto, consulte a un profesional de la salud.
Usar ropa interior de algodón, evitar las tangas y ropa interior de lycra.
Enjuagarse los genitales con agua o secarse después de ir al baño. Evitar el uso de toallitas húmedas o papel higiénico perfumado