El dolor es la señal fundamental de lesión, sufrimiento mecánico o mal funcionamiento y la Tecarterapia ha demostrado sobradamente su efectividad en la reducción del dolor tanto si este es agudo como si es crónico
Tecarterapia y dolor
Podemos diferenciar varios tipos de dolor: muscular, articular, tendinoso, irradiado por lesión nerviosa y referido de origen muscular, ante los que la tecarterapia obtiene resultados muy positivos. En cambio, los que son de origen visceral o central no pueden tratarse con esta técnica.
Tecarterapia y dolor agudo
Ante un dolor agudo causado por estímulos nocivos desencadenados por heridas o enfermedades de la piel, estructuras somáticas profundas o vísceras, la tecarterapia puede actuar desde el primer momento en que se produce la lesión hasta 72 horas después. Se realiza un tratamiento atérmico de baja potencia de drenaje con el objetivo de reducir la inflamación y segregar endorfinas para disminuir la sensación de dolor.
Tecarterapia y dolor crónico
En cambio, ante un dolor crónico, aquel que persiste por más de un mes después del curso habitual de una enfermedad aguda o del tiempo razonable para que sane una herida o aquel asociado a un proceso patológico crónico que causa dolor continuo o recurrente, el tratamiento con tecarterapia es diferente y sí se aplica un hipertermia profunda. En este caso, es necesario oxigenar y mejorar la circulación de la zona en la que el tejido está muy deteriorado para poder repararlo. De la misma forma que con el dolor agudo, este tratamiento también segrega las endorfinas necesarias para lograr rebajar el dolor en el paciente.
Odalie Marugan de los Bueis