La palabra Vinyasa en sánscrito se entiende como un flujo continuo, la consecución de movimiento con consciencia.
Este reto está basado en el estilo Vinyasa Yoga mezclado con Ashtanga. Pathabi Jois, el padre de Ashtanga Yoga, dijo "Vina vinyasa yogena asanadin na karayet (O Yogi, do not do asana without Vinyasa)": Oh Yogui, no hagas asana (postura) sin Vinyasa.
Inspirada por otros Yogis siempre explico la Vinyasa como el matrimonio (de los que no se divorcian) entre respiración & movimiento. Sincronización constante entre el movimiento y la respiración. Cada inhalación tiene un propósito, así como cada exhalación. En cuanto a la parte más física, la práctica de yoga con Vinyasa produce un calor interno que purifica los órganos y músculos, expulsa toxinas e incrementa la circulación. El equilibrio entre movimiento y respiración con el tiempo trae armonía en la práctica, equilibrio entre fuerza y flexibilidad, ligereza y pesadez, movimiento y quietud. Además, estimula la práctica para que ésta misma se convierta en una meditación en movimiento.
Si llevamos esa Vinyasa a la vida diaria, con la práctica de yoga tratamos de filtrar cualquier cosa negativa que se halle dentro de nosotros. Cualquier cosa que nos frena a vivir la vida en el sentido más completo. Con la práctica, somos más conscientes de cómo y donde estamos más limitados -cuerpo, mente y/o corazón- y cómo abrir y liberar gradualmente esos bloqueos.
Una vez esos bloqueos son limpiados, nuestra energía es liberada.
Nos sentimos más en armonía, tenemos más control de nuestra mente y de estar en el ahora.
Es cuando nuestra vida empieza a fluir, o tal vez nosotros empezamos a fluir más con la vida.
Vinyasa es mucho más que la realización de simples movimientos físicos. Es una relación dinámica entre nuestro mundo interno y externo. La integración de nuestro yo interior y yo exterior, de nuestro cuerpo y mente. Cada acción promueve la siguiente. Existen como UNO.
#amayoga
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