El TDAH se caracteriza fundamentalmente por dificultades para mantener la ATENCIÓN (resistirse a las distracciones) y CONCENTRARSE (fijarse en pequeños detalles, o mantener la atención un tiempo), por HIPERACTIVIDAD (inquietud excesiva) e IMPULSIVIDAD. Estas dificultades deben haber estado presentes de forma clara desde la primera infancia y en los diferentes ambientes en los que se desenvuelve la persona (casa, colegio, calle).
Los síntomas claros y evidentes de una falta de atención son:
Dificultad para mantener un orden en sus tareas y prioridades.
Le cuesta ponerse en marcha , para vestirse, hacer los deberes..., porque se distrae fácilmente con estímulos irrelevante.
Parece no escuchar cuando se le habla.
Evita o se resiste ante tareas que exigen un esfuerzo social sostenido.
Sus trabajos escolares , suelen ser sucios y desordenados.