Las vacunas han supuesto un gran avance para prevenir algunas de las enfermedades más comunes. Con una simple inyección nos inmunizamos de por vida frente a ciertos trastornos que anteriormente podían ser mortales. En España este procedimiento es obligatorio y gratuito, y se les ha de administrar a los pequeños siguiendo un calendario de vacunación sistemático.
Este proceso suele culminar en la adolescencia. Es muy importante que los padres estén al corriente de las vacunas de sus hijos y ser conscientes de que se trata de algo imprescindible a la hora de proteger a su bebé. Por ello, se hace una cartilla de vacunación que se va cumplimentando con cada inmunización.
Eficacia de la vacunación
La vacunación es un invento que tiene sus raíces a finales del s.XIX, y que en la actualidad es totalmente imprescindible. Enfermedades que hoy prácticamente desconocemos, antes eran las causantes de unas elevadas tasas de mortalidad infantil. Las vacunas hoy curan trastornos infecciosos que en el pasado causaban epidemias que mermaban considerablemente la población. Su efectividad está asegurada, y la mayor parte ofrecen inmunidad para siempre.
En las sociedades industrializadas, este procedimiento médico está muy expandido, llegando de forma generalizada a todos los sectores de la población. En España, desde 1994, el Comité Asesor de Vacunación, bajo la tutela de la Asociación Española de Pediatría, es el que determina los calendarios de vacunación. Pero si para nosotros es una técnica habitual, no hay que olvidar a los países subdesarrollados, donde diariamente mueren miles de niños que podrían salvarse con una simple inyección. Precisamente, la vacunación es uno de los pilares más importantes para muchas ONGS.
Las más importantes
Las vacunas actúan mediante un sencillo método. Básicamente se trata de introducir en nuestro organismo los agentes infecciosos de una determinada enfermedad en un estado atenuado o muerto. Cuando nuestro cuerpo detecta a estos pequeños invasores, actúa contra ellos provocando una actitud de defensa que logra extenuarlos. De esta manera generamos defensas y estamos preparados para no sufrir los efectos de la enfermedad en caso de contraer el virus.
Hoy en día, la lista de trastornos para los que existe una vacuna es bastante extensa, y es muy importante conocerlas para saber si nuestros pequeños se encuentran protegidos para cada una de ellas:
Poliomielitis: se trata de una dolencia que afecta al sistema nervioso, pudiendo producir parálisis en brazos y piernas e incluso en el sistema respiratorio, produciendo la muerte del afectado. La vacuna se administra varias veces desde los dos meses de edad
Difteria: enfermedad del sistema respiratorio que puede causar problemas severos en la garganta, la boca y la nariz, pudiendo generar muerte por asfixia. Se administra una única vacuna que trata también la tos ferina y el tétanos, en varias dosis durante la infancia, incluidas inyecciones de refuerzo cada 10 años a lo largo de toda la vida.
Tos ferina: esta afección se contagia de un niño a otro a través del aire. El afectado puede llegar a morir por asfixia, debido a los grandes ataques de tos que provoca.
Tétanos: es causada por gérmenes que pueden infectar una herida, haciendo que el virus penetre en el organismo provocando problemas en los músculos que pueden agravarse si no se trata adecuadamente, afectando a la respiración.
Rubéola: no es un trastorno especialmente dañino para los niños, pero en el caso de las embarazadas puede provocar serios problemas en el feto. Con dos dosis en la niñez se consigue la inmunización. Es una misma inyección que protege contra rubéola, paperas y sarampión.
Parotiditis: conocida como paperas, influye en las glándulas salivales, pudiendo ser muy dolorosa, aunque generalmente no entrañe grandes riesgos para el niño. En casos extremos, si no se medica adecuadamente, puede causar esterilidad en el varón.
Sarampión: es bastante común en la infancia. Se trata de un virus que provoca manchas en la piel, fiebre y tos. Si no se detiene su avance puede ser la causa de trastornos graves que pueden provocar la muerte.
Hepatitis B: afecta al hígado y, si no se trata adecuadamente, puede acarrear serios problemas hepáticos e incluso la muerte del paciente. Es una vacuna más moderna. Aquellos que no hayan sido vacunados en su niñez, es posible que no estén inmunizados adecuadamente.
Haemophilus influenzae tipo B: es una infección que se contrae por contacto directo y que es la causante de complicaciones muy graves en los órganos vitales. Se debe vacunar desde los dos a
los cuatro meses y administrar una dosis más alrededor del año de edad.
Consulte la tabla de vacunación
Tener en cuenta y llevar un seguimiento médico en la vacunación de nuestros hijos es una tarea esencial. Es muy importante respetar los calendarios de vacunación y que sean administradas por profesionales médicos. La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria muestra una relación actualizada de los calendarios vacunales infantiles vigentes en las diferentes comunidades autónomas españolas.Fuentes de información: Facilisimo.com, Aepap.org, Fda.gov