Continuamos con cuatro sencillas técnicas más:
Evoque alegrías
En un lapso entre 15 segundos y 5 minutos concéntrese en alguien o algo que signifique mucho para usted, o piense en una imagen de unas vacaciones deliciosas, o una frase que lo inspire. Los pensamientos felices y relajantes contrarrestan los cambios fisiológicos que experimentamos bajo presión, gran parte del estrés que sentimos es parte de emociones negativas contenidas, como resentimiento, ira o dolor, explica Luskin quien estudia el poder curativo del perdón, el solo hecho de pensar en algo o alguien con quien se tiene un desacuerdo puede ocasionar en el organismo un aumento de las nocivas hormonas del estrés, es por ello que pensar en cosas gratas o personas que usted le agradan produce el efecto contrario.
De un paseo
Levántese del escritorio o del sofá y salga 10 minutos a caminar, la mayoría de la gente sabe que salir a caminar ayuda a calmarse. Con solo 10 minutos puede ser eficaz.
Respire despacio
Durante 5 minutos disminuya el ritmo de su respiración hasta estabilizarlo en unas seis respiraciones profundas por minuto, inhale durante unos cinco segundos y exhale por espacio de otros cinco. Tendemos a respirar de manera rápida y superficial, sobre todo cuando estamos presionados. Respirar varias veces en forma profunda nos obliga a ensanchar los hombros y a aflojar los músculos tensos.
La respiración pausada tiene otros beneficios insospechados, cuando las personas practican yoga o rezan, su respiración baja el ritmo de cinco segundos por inhalación y cinco por exhalación, lo que coincide con una fluctuación cíclica de 10 segundos que ocurre de manera natural en la presión arterial, al sincronizar la respiración con ese ritmo cardiovascular subyacente, las personas se sienten más tranquilas y al parecer, mejora también su salud cardiovascular.
Levántese relajado
Justo antes de acostarse y cuando suene el despertador por la mañana, tómese cinco minutos para relajar todo el cuerpo, primero tense los dedos de los pies y relájelos al cabo de unos segundos, continúe con los músculos de los pies, las pantorrillas, los muslos, los glúteos y el resto del cuerpo hasta terminar tensado y relajando los músculos de la cara.
Si comienza el día sintiéndose tenso es probable que así continúe hasta la noche. Si además se lleva los problemas a la cama, quizás perturbarán su sueño y le producirán más estrés. Los estudios indican que las personas que no duermen los suficiente experimentan un aumento de las hormonas del estrés, por ello hay que empezar y terminar cada día haciendo un ejercicio de relajación de uno o dos minutos, una vez que se vuelve un hábito uno no se siente bien sin él.
Fuente: Revista Selecciones
Imágenes: Saber que...
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