Las preocupaciones de una mujer que quiere realizarse un aumento de pecho son constantes. ¿Me quedará bien? ¿Será el tamaño adecuado? ¿Me dolerá mucho el post operatorio? ¿Despertaré de la anestesia? .... son preguntas bastante frecuentes que casi todas las pacientes han pensado en algún momento del proceso. Pero además surge una preocupación más, los posibles efectos tras la intervención como la temida contractura capsular.
QUÉ ES UNA CONTRACTURA CAPSULAR
Cuando un implante mamario se coloca, el proceso normal conlleva la cicatrización de la abertura y cuidados básicos tras una cirugía. Sin embargo, en contadas ocasiones, aproximadamente entre el 2% y 3% de las veces que se realiza una intervención mamaria, surgen complicaciones y una de ellas es la contractura capsular.
Cuando un elemento extermo es introducido en el cuerpo, la reacción natural, si lo reconoce como una amenaza, es crear una película de tejido alrededor del elemento para proteger el resto del cuerpo del objeto intruso. En el caso de los implantes el cuerpo puede generar una bolsa de tejido alrededor de él recubriendo todo el implante.
Con el paso del tiempo este tejido presiona el implante haciendo que se sienta duro y deformando el aspecto original de la prótesis.
NIVELES
Según en el momento que se encuentre la contractura se pueden diferenciar tres niveles.
Nivel 1: El pecho sigue estando suave y de aspecto natural.
Nivel 2: El pecho está firme pero de aspecto normal.
Nivel 3: El pecho está duro, doloroso y con forma anormal.
SOLUCIONES
Aunque hay algunas soluciones no quirúrgicas, los métodos no son muy fiables, por lo tanto, es recomendable el método quirúrgico. En la capsulotomía abierta el cirujano puede abrir la cápsula para que deje salir al implante y vuelva a adquirir su forma habitual. En la capsoletomía abierta se retira la cápsula y se vuelve a colocar, normalmente en una posición diferente a la anterior.
De nuevo, espero que os haya gustado este post, un besazo para todas, nos vemos en las redes.