Queridas amigas/os, ¿Cómo están hoy?
Sofía, una joven muy bonita y educada, concurrió al médico amigo de su familia quien siempre había manifestado mucho afecto hacia ella, y muy afligida le dijo- ¡Doctor necesito su ayuda, pronto tendré que ir a vivir a lo de mi suegra porque no podemos seguir pagando el alquiler, y usted sabe que yo no la quiero, que siento desprecio y no la soporto cerca mío ni de mi marido!
El profesional la miro con mucha ternura, y le pregunto que podía hacer el para ayudarla; Sofía lo miró con su rostro sonrojado, diciendo- usted me ayudará a matarla y yo podré vivir en paz con mi marido por favor haga usted eso por mi.
Sorprendido, y tomándose un largo tiempo le respondió- te ayudaré, pero tendrás que venir todas las semanas durante tres meses a recoger el medicamento mortal, que poco a poco terminará con su vida.
-Deberás colaborar para que nadie sospeche, y para eso harás como que la quieres y prepararás la comida y ricos postres de chocolate que todos compartirán, debes hacer creer que eres feliz, y todos los días en la comida del almuerzo colocas una medida de lo que, en tres meses, cumplirá tus deseos.
-De ti depende que todo salga bien, no olvides de charlar, de colaborar en todo y nadie se dará cuenta de nada, ve y vuelve dentro de siete días para comenzar el plan.
Feliz, regresó a la casa, pensaba que pronto la vería sufrir y luego morir.
La saludo con un beso, le pregunto por su salud, la invito con un rico te.
La pobre y buena mujer, estaba encantada y complacida escuchaba como la joven le hacia saber lo bien que se sentía viviendo a su lado; A modo de gratitud, la anciana le dijo que la casa estaba más bonita con los arreglos tan lindos que había hecho, y que ella se sentía muy bien al ver lo buena y alegre que era y cuanta felicidad y amor le daba a su hijo.
-Gracias por ayudarme, volveré dentro de una semana, cuidaré todos los detalles.
Cada semana la joven salía, y regresaba muy feliz, nadie sospechaba nada, se encargaba de ser muy buena con su suegra, y pasaba horas a su lado escuchando lo que con orgullo contaba de su juventud y vida, Sofía se había convertido en una gran confidente, y en ella deposito todos sus secretos de amores, y de los que la joven quedo sorprendida, porque ya no la veía como la madre de su esposo, sino como una mujer y hasta su amiga.
Sofía estaba pasando los momentos más felices de su vida y matrimonio, amaba mucho a su marido y la llegada de un hijo no se hizo esperar. Oculto la noticia, porque los tres meses estaban próximos, pensó que seria lo mejor, su suegra la miraba con amor y protección, ambas se demostraban cariño y se buscaban para la charla, Sofía pensaba que solo faltaba una semana, para que la anciana muera, ya que nunca dejó de darle la bebida mortal.
Llegado el final, fue a la casa del médico, y llorando desesperadamente le pedía que salvara la vida de su suegra.
-¡Es buena, me quiere como si fuera mi madre, la necesito, yo aprendí a quererla, quiero que conozca al nieto que voy a darle, no quiero matar a la madre de mi esposo,¡ayúdame por favor!
El con mucho cariño la calmó y le hablo diciéndole.
-Hija mía como has podido pensar que yo seria capaz de quitar la vida, si yo estoy para salvar.
-Como pensar que yo permitiría que una joven, cegada por los celos y poca comunicación pudiera hacer algo tan horroroso.
-¡Pero usted me dijo que en tres meses moriría!
-Ve a tu casa, reúne a tu familia y cuéntale la buena nueva.
-¿Y el medicamento mortal, que pasará con eso, dígame por favor?
-Nunca hubo medicamento mortal, todo fue unas gotas de vitaminas que alargan la vida, y hacen renacer el amor y la compresión entre las personas.
-Gracias doctor, me dio una gran lección, y también curo la soberbia y egoísmos que había en mi.
Sofía anuncio con alegría la noticia del hijo, y abrazo fuertemente a su suegra diciéndole,¡gracias , me enseñaste, que puedes ser mucho más que la madre de mi esposo.
Queridas amigas, cuantas historia de nueras y suegras andan por el mundo, la historia de Sofía, nos demuestra el milagro del amor, del dialogo, del saber escuchar, de saber descubrir las virtudes y no mirar tanto los errores, de dejar nuestro egoísmo y ser protagonista de nuestra historia, ocupándonos de construir momentos que unan los sentimientos positivos, entrelazando vínculos
De unión, amor y respeto; No vivamos alejadas de quien dio la vida al ser que hoy comparte nuestra vida, usemos todos los días, un poco de la medicina que Tan bien hizo a Sofía.
Que tengan una vida cada vez mejor y mejor, les mando un fuerte abrazo.
Luz de Luna.