Las mucopolisacaridosis son un grupo de errores innatos del metabolismo, que producen depósito anormal de glucosaminoglucanos (productos de degradación celular de proteoglicanos) dentro de los lisosomas celulares, a su vez son enfermedades crónicas y de evolución progresiva, además de que se presenta en 1 de cada 22.500 personas.
La mucopolisacaridosis es de origen genético y gracias a los avances tecnológicos en la actualidad, se pueden establecer correlaciones entre el fenotipo del paciente con su genotipo, especialmente para realizar diagnóstico prenatal. Todos los subtipos, excepto la mucopolisacaridosis II, se transmiten de forma autosómica recesiva.
1.- Proteoglicanos:
Son glicoproteínas que están glicosiladas, hay diversos tipos y entre los que se degradan en los lisosomas se encuentran: dermatán sulfato, heparán sulfato, queratán sulfato y condroitínsulfato; en dichas vías de degradación es donde deberían actuar las enzimas, que en los casos de mucopolisacaridosis se encuentran ausentes. Es por esto que la enfermedad se da por el depósito de los glucosaminoglucanos, ya que al no estar presente las enzimas que los degradan, ellos se precipitan por exceso.
2.- Manifestaciones clínicas generales:
En el recién nacido son difíciles de detectar, a menos que haya un antecedente familiar (hermano) de la enfermedad. Hay distintas formas clínicas de mucopolisacaridosis que serán descritas luego, pero hay un grupo de manifestaciones clínicas que son comunes a todas ellas, teniendo en cuenta que es una enfermedad que afecta a múltiples sistemas, tenemos que algunas de dichas manifestaciones son:
Fenotipo facial característico: Consiste en rasgos faciales toscos, producto de la acumulación en la dermis de glucosaminoglucanos.
Abdomen: Visceromegalias.
Sistema esquelético: Talla baja, disostosis multiplex (patrón específico de alteraciones radiológicas producto de osificación defectuosa).
Sistema Nervioso Central: Deficiencia mental.
Cardiovasculares: Cardiomiopatías, hipertensión arterial.
Oculares: Opacidad corneal, pérdida de la visión.
3.- Formas clínicas de mucopolisacaridosis:
Mucopolisacaridosis I:
Esta comprende varios subtipos, los cuales tienen en común que son debido a déficit de la enzima alfa L-idunoronidasa, que hay una eliminación amentada de heparán sulfato y dermatán sulfato por orina y que se produce acumulo de glucosaminoglucanos en fibroblastos, se debe clasificar a los pacientes que tiene este tipo de mucopolisacaridosis en los diferentes subtipos, ya que hay características diferentes en cada uno de ellos.
Mucopolisacaridosis IH: También conocida con el nombre de enfermedad de Hurler, esta es la forma más grave de mucopolisacaridosis I y progresa de forma muy rápida, que culmina con la vida del paciente alrededor de los 10 años de edad. Las manifestaciones clínicas son las siguientes:
Recién nacidos: Estos suelen presentar características fenotípicas normales, por lo que es difícil hacer un diagnóstico a esa edad, sin embargo, a veces se pudieran presentar hernias umbilicales o inguinales.
A partir de los seis meses: El diagnóstico suele hacerse durante este período, ya que comienzan a presentarse las manifestaciones clínicas como tal:
Abdomen: Hay hepatoesplenomegalia, lo que produce abdomen prominente.
Sistema esquelético: Al inicio el crecimiento del niño es normal, sin embargo, luego del primer año de vida, el mismo se enlentece y no llega a superar los 120 centímetros de talla; hay deformidad de las extremidades con contracturas articulares; disostosis multiplex (engrosamiento de huesos del cráneo, cierre prematuro de fontanelas, clavículas cortas y engrosadas, deformidades de vértebras, anomalías de huesos largos).
Cara: Tosquedad de los rasgos.
Sistema nervioso: Hay retraso del desarrollo psicomotor, especialmente a partir de los 2 años, con ausencia casi total del lenguaje.
Cardíacas: Comienza como una hipertrofia ventricular, luego hay engrosamiento de las válvulas mitral y aórtica; con los años puede aparecer insuficiencia coronaria y arritmia (causa de muerte súbita).
Órganos de los sentidos: Es frecuente la hipoacusia y la opacificación de las córneas.
Otras: Infecciones respiratorias recurrentes.
Mucopolisacarisosis IS: También conocida con el nombre de enfermedad de Scheie, la cual es la forma más leve de la mucopolisacaridosis I, los síntomas aparecen después de los 5 años, e incluyen: Rigidez articular, valvulopatía aórtica y opacificación de la cornea; pero la talla es normal y no hay retraso mental.
Mucopolisacaridosis IHS: O enfermedad de Hurler-Scheie, esta es la forma intermedia entre la mucopolisacaridosis Ih y IS; las manifestaciones aparecen a partir de los 3 años de edad, la cara no presenta rasgos toscos, sin embargo, hay micrognatia y la inteligencia es normal. Estos pacientes pueden llegar a la edad adulta.
Mucopolisacaridosis II:
O enfermedad de Hunter, es la única que se transmite de forma recesiva y ligada al X, es decir, que solo la padecen los varones y las hembras son portadoras sanas de la enfermedad. Hay disminución de la enzima iduronato sulfatasa y según su forma clínica se clasifica en:
Leve: Las manifestaciones son similares a la de la forma grave, pero aparecen de forma más tardía y progresan lentamente, llegando a sobrevivir hasta la edad adulta. Se suele presentar: Sordera, síndrome de túnel carpiano y rigideces articulares.
Grave: Muy similar a la mucopolisacaridosis IH, excepto que no hay opacidad corneal y la evolución es menos agresiva. Las manifestaciones clínicas se comienzan a presentar de los 2 a 4 años de edad y consisten en: talla baja, rasgos faciales toscos, deformidades de extremidades, rigideces articulares y déficits mentales. Estos pacientes tienes una sobrevida de dos décadas.
Mucopolisacaridosis III:
También conocida con el nombre de enfermedad de Sanfilippo, que consiste en el déficit de un conjunto de enzimas necesarias para la degradación del heparán sulfato. Se suele presentar entre los 2 y 6 años y se caracteriza por una grave afectación del sistema nervioso central, por lo que el niño presenta: Alteraciones del comportamiento como la hiperactividad, déficit de atención, agresividad, conducta destructiva, rabietas, alteraciones del sueño y convulsiones; el retraso mental y las alteraciones del lenguaje se van haciendo más evidentes con la edad y las características fenotípicas suelen ser menos marcadas, con talla normal y ausencia de las deformidades esqueléticas.
Mucopolisacaridosis IV:
Enfermedad de Morquio, hay dos subtipos, la mucopolisacaridosis IVA (por déficit de galactosa 6 sulfatasa) e IVB (por déficit de beta galactosidasa, esta es rara), no hay alteración de la inteligencia y se manifiestan de la misma manera:
Talla baja.
Displasia espóndilo epifisaria, pie plano, genu valgo.
Cifosis.
Rasgos faciales toscos.
Sordera.
Hepatomegalia.
Valvulopatía cardíaca.
Mucopolisacaridosis VI:
También conocida con el nombre de enfermedad de Maroteaux-Lamy debida al déficit de la enzima arilsulfatasa B que participa en la degradación del dermatán sulfato, siendo muy similar a la enfermedad de Hurler. Entre los hallazgos clínicos, se encuentran:
La clínica se puede presentar desde el nacimiento con hernias, macrocefalia o deformidades del tórax.
Crecimiento prácticamente normal hasta los 6 u 8 años, en donde se establece una talla baja.
Afectación visceral: Miocardiopatía y hepatomegalia, que a veces se acompaña de esplenomegalia.
Piel: Gruesa y se evidencia hirsutismo.
Sistema esquelético: Rigidez articular especialmente de rodillas, codos y caderas. Hay alteraciones de la pelvis, del cráneo y de los huesos largos.
Mucopolisacaridosis VII:
O enfermedad de Sly, esta es muy rara y se da por déficit de la enzima β-glucuronidasa, se manifiesta de formas muy variadas, ya que puede ir desde un hydrops fetalis hasta una enfermedad muy similar a la enfermedad de Hurler. Entre las manifestaciones clínicas de los casos graves se encuentran:
Talla baja.
Retraso psicomotor.
Hepatoesplenomegalia.
Hernias.
Anomalías esqueléticas.
Mucopolisacaradisosis IX:
Se produce por un déficit de la enzima hialuronidasa 1, por lo que se producen múltiples acumulos articulares, que de forma eventual son dolorosos. En cuanto a sus hallazgos clínicos:
Talla baja.
Raíz nasal aplanada.
Fisura palatina.
4.- ¿Cómo hacer el diagnóstico?
Para un diagnóstico certero y conocer qué tipo de mucopolisacaridosis tiene el paciente, se deben realizar análisis enzimáticos.
Diagnóstico prenatal: Es posible realizarlo con todos los tipos de mucopolisacaridosis, solo debe tomarse una muestra de células de líquido amniótico para realizar determinación de enzimas, también es útil realizar un estudio de vellosidades coriales.
Detección de portadores: Consiste en realizar estudios en aquellas personas que tienen antecedentes de mucopolisacaridosis y de aquellas mujeres que son portadoras sanas de dicha enfermedad.
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