Cinco ejercicios que se dirigen por igual al cuerpo y a la mente y prometen la juventud eterna al que los practica habitualmente: Este es el objetivo
La primera semana se ha de empezar con 3 repeticiones de cada ciclo, aumentando las repeticiones hasta realizar 21 ciclos seguidos. No lleva más de 20 min. al día. El mejor momento para entrenar son antes de desayunar o antes de cenar, se ha de respirar tranquilamente, solo así según los tibetanos liberamos todas nuestras fuerzas, se han de realizar descalzas.
El nº 1 es el denominado PEONZA.
* Nos tenemos que poner encima de una esterilla de Yoga, de pie y erguida, se estiran los brazos hacia los lados y comenzamos a girar lentamente sobre nuestro propio eje en el sentido de las agujas del reloj. Debemos mantener la velocidad para que no sintamos que vamos a caer, girar como máximo hasta sentir un leve mareo. Para equilibrarnos, inmediatamente después de la peonza, juntamos las palmas de las manos en el pecho y respiramos hondo.
El nº 2 es el denominado LA VELA.
* Tumbados bocarriba en la esterilla con los brazos al lado del cuerpo y las palmas de las manos hacia abajo. Empujamos la parte inferior de la espalda hacia el suelo. Levantamos las piernas y la cabeza al mismo tiempo. Las piernas deben de quedar perpendiculares al suelo, sin flexionar las rodillas tal y como en el dibujo se puede apreciar. No debemos despegar la parte inferior de la espalda del suelo. Luego volveremos lentamente a la posición inicial.
El nº 3 es el denominado LA MEDIA LUNA.
* Arrodillados en al esterilla, mantenemos el tronco erguido y apoyamos los dedos de los pies en el suelo. Ponemos las manos sobre los glúteos y llevamos la cabeza hacia atrás hasta que nos resulte incómodo. Intentar doblar la columna vertebral hacia atrás todo lo que se pueda y volver a la posición de inicio para relajarnos.
El nº 4 es el denominado EL PUENTE.
* Siéntese en la esterilla con las piernas estiradas, las cerramos y ponemos las manos sobre el suelo, a la altura del glúteo, empezamos a empujar el glúteo hacia los pies para que se levante del suelo y finalmente el cuerpo para conseguir un puente, tiramos la cabeza hacia la nuca hasta que nos resulte incómodo y para relajarnos, nos sentamos con las piernas cruzadas y dejamos caer la cabeza hacia delante manteniendo la columna vertebral encorvada.
El nº 5 es el denominado LA MONTAÑA.
Tumbados bocabajo con las manos en el suelo a la altura de los hombros, levantamos el tronco hasta que los brazos estén rectos, pero la cadera todavía esté en el suelo. A continuación, apoyamos las puntas de los pies y levantamos el glúteo, las rodillas y la espalda deben quedarse estiradas y la cabeza situarse entres los brazos, si podemos, apoyaremos los talones en el suelo, volviendo después poco a poco a la posición de inicio.
Se dice de estos ejercicios que, aumentan la resistencia física, alivian el dolor en general, mejoran la memoria, la salud mental y emocional, dan sensación de bienestar,favorecen el mantenimiento de un peso equilibrado, favorecen el sueño, rejuvenecen el organismo y para mí el fundamental y por el cual yo los practico, reducen el estrés y desbloquean mis articulaciones, cosa que con niños hoy en día es muy complicado.