Marinas Bassas Vivó, psicóloga clínica miembro de Top Doctors®, nos presenta a los 7 enemigos de la felicidad:
1. El control emocional
Típica frase que habréis escuchado hasta la saciedad, pero que merece la pena repetir una y otra vez, es muy importante aprender que nuestros sentimientos son importantes, pero hay que valorarlos en su contexto y actuar con cautela. Si nos enfadamos, debemos procurar no cometer actos destructivos que no haríamos estando alegres; si estamos tristes en un momento concreto, no debemos pensar que todo y todos están en nuestra contra. Al final, dejarnos llevar solo por nuestros sentimientos puntuales nos puede llevar a cometer acciones de las que luego nos podemos arrepentir y arrepentirse de algo no es un buen primer paso hacia la felicidad. El mindfulness es una práctica esencial en este sentido, nos permite calmarnos y estar en el momento presente.
2. La ignorancia
Las personas inteligentes saben que el primer paso para poder cuidar a los demás es, sin duda, cuidarse a uno mismo. No puedes cuidar de nadie si no sabes primero cuidar de ti mismo
3. Pensamientos negativos o creencias limitadoras
Nuestra mente tiende a crear este tipo de pensamientos ante situaciones complicadas y es importante, primero, conocerse a uno mismo y, segundo, pararlos. Cuando suspendemos un examen es fácil entrar en una cadena negativa en la que pensamos que no aprobaremos el resto de pruebas y que no valemos para nada. Que esa materia en concreto se te dé mal no quiere decir que con el resto ocurra lo mismo. Para esto el mindfulness es un práctica excelente que nos permite concentrarnos en el ahora y conocernos mejor a nosotros mismos.
4. El miedo
Nuestro gran enemigo, el que nos impide dar el primer paso. Quizás se una barrera tan grande por nuestra tendencia a pensar en negativo. Si queremos seguir pensando en negativo, nos podemos preguntar -¿qué es lo peor que me podría pasar si hago lo que quiero?- Muy seguramente veamos que no es para tanto el peor resultado posible. También podemos intentar ser optimistas y preguntarnos -¿qué puedo conseguir, como mínimo, si lo hago?-.
Si conseguimos ponernos manos a la obra, veremos que no suelen darse las peores posibilidades. De hecho, muchas veces conseguiremos llegar a nuestro objetivo y ser felices al ver cómo superamos los miedos y alcanzamos nuestras metas.
5. No saber perdonar
Debemos aprender que, todos, cometemos errores y tenemos sentimientos que no son constructivos y debemos saber perdonárnoslos. Como decíamos antes, el primer paso para cuidar a los demás es cuidarse a uno mismo, y en el caso del perdón no es diferente. Dejar de juzgar ahorra energía y nos permite avanzar hacia lo que nos depare el futuro.
6. Aceptación
Nos cuesta aceptar lo que no podemos cambiar. Debemos mejorar lo que esté en nuestras manos y, lo que no dependa de nosotros, aceptarlo con madurez, no con resignación. Por ejemplo, ante una ruptura, aceptar el fin de la relación, conocer las razones y entender que la otra persona ha decidido seguir otro camino.
7. Reconocer las voces del EGO y la conciencia
¿Os imagináis la típica imagen de dibujos animados del ángel y el demonio en los hombros del personaje? Pues de algo parecido va este punto. Debemos pensar con la mente muy fría y escuchar a ambas partes: la conciencia y los instintos básicos del EGO. Una vez hecho esto, os recomendamos pensar con que parte nos reconocemos más y actuar. Desde cuál de las dos perspectivas responder es una decisión que concierne a cada uno. Los caminos intermedios también pueden ser válidos.
Marina Bassas Vivó concluye diciendo que "si las claves de la felicidad ya viven en nosotros, ¿por qué no trabajar en conquistarlas en vez de conformarnos con los mecanismos aprendidos? Locura es pretender que las cosas cambien si seguimos comportándonos de la misma manera”. Efectivamente, las claves de la felicidad están en nosotros, no hay que buscarlas fuera.
¿Las seguirás a partir de ahora? Requiere constancia y recordar siempre que debemos saber perdonarnos; aceptar si no hemos podido lograrlo en un momento concreto y seguir por el camino de la felicidad con dedicación.
Fuente: Marina Bassas Vivó, psicóloga y profesora de homeopatía.