El tempeh es un alimento de Indonesia que tiene unas propiedades excelentes, se mire desde donde se mire, aportando muchos beneficios a nuestra salud.
El tempeh se elabora al fermentarlas habas de la soja junto con un hongo que se conoce como Rhizopus oligosporus dando como resultado este gran alimento que incluso supera nutricionalmente al seitán o al tofu, casi nada.
La industria de la alimentación ha visto las increíbles propiedades del tempeh que llegó a Europa con los holandeses, que lo descubrieron al colonizar el sudeste de Asia.
El tempeh está formado en un 20% por proteínas de gran valor biológico siendo sin lugar a dudas uno de los alimentos más ricos en cualquier alimentación, aunque sean sobre todo los veganos y vegetarianos los que más lo consumen.
El sabor del tempeh es similar al que tienen las setas y tiene más sabor que el tofu y una textura más firme que la del este.
Lo bueno a la hora de prepararse el tempeh para comer es que su textura facilita mucho el preparado, ya que incluso podemos hacer lonchas a modo de queso y añadirlas en un bocadillo.
A veces lo encontramos en un bloque envasado el vacío en plástico, pero en España también se puede encontrar en botes de cristal.
Una vez abierto suele durar unos 15 días en la nevera y también es posible congelarlo.
¿Por qué es tan nutritivo el tempeh?
Las propiedades del tempeh deben gran parte de su valor al proceso de fermentación en el que se obtiene, puesto que en él se crean agentes antibacterianos que actúan como antibióticos naturales, haciendo que el proceso digestivo tras consumirlo sea muy sencillo, ya que se liberan unas enzimas muy valiosas nutritivamente hablando.
En el procesos de fermentación el tempeh, la soja se llena de vitaminas del grupo B, conteniendo incluso un aporte de vitamina B12, que es una vitamina que es clave en dietas veganas o vegetarianas.
Para hacerse una idea de las grandes propiedades que tiene el tempeh, solo tenemos que mirar que en 110 gramos de este maravilloso alimento, tenemos más del 40% de las proteínas diarias que necesitamos, pero además aportando tan solo 225 calorías. ¿Nada mal verdad?
También entre los beneficios del tempeh mas importantes tenemos el reforzar nuestras defensas, gracias a las isoflavonas o el de ser un alimento muy recomendado para las mujeres en la edad de la menopausia, ya que ayuda en el equilibrio hormonal.
Estamos ante una de las mejores proteínas vegetales y se sabe que el consumo habitual de tempeh reduce el índice de enfermedades como el cáncer, de hipoglucemia y de otros problemas cardiacos.
El contenido en cobre y en manganeso actúa además como un gran antioxidante.
Tipos de tempeh
El tempeh que más se conoce es el que se elabora con la soja, pero hay distintos tipos de tempeh, en el que se mezclan arroz, trigo, cacahuetes y soja.
Lo mejor es agrupar el tempeh en 5 tipos, ya que existen realmente muchos tipos distintos de tempeh:
1. El tempeh de soja y cereales: Todos los tempehs que se hacen con semillas, cereales como el arroz, la soja, el mijo, el trigo, la avena o el centeno son de este grupo.
2. Tempeh de semillas: Se tratan de tempehs que se hacen solo con semilla y sin mezclar la soja, como son los tempehs de mijo, cebada, centeno avena o arroz.
3. Tempeh de legumbres: Son las variedades indonesas que se hacen con la soja (legumbre), cacahuetes o garbanzos.
4. Tempeh presscake: Para elaborar este se aprovechan las sobras de valor nutritivo de otro tipo de preparaciones vegetales como el tofu. Se hacen con coco, cacahuetes, judías mundo o soja verde, con cacahuetes o con soja desgrasada.
5. Tempeh de semillas no leguminosas: Estos son los tempehs menos conocidos y los tempehs de soja, sésamo o semillas de caucho son de este grupo.
¿Cómo se cocina?
La manera más básica de preparar el tempeh es cocinar la pieza entera durante 20 minutos con agua, una tura de kombu, salsa de soja, unas gotas de limón y hierbas aromáticas.
Tras haber sido cocinado, se puede comer tal cual o añadirlo en guisos, frito con verduras, añadirlo en sopas, pizzas, espaguetis, ensaladas o sándwiches…aquí la imaginación es donde entra en juego.
Es un alimento cómodo de manejar, versátil y que se puede usar en la cocina como el ingrediente principal del plato, o como complemento.