La separación temporal yace a partir de las crisis dentro de una pareja que a menudo vienen dadas por desacuerdos, mal entendidos y desilusiones, que consumen una relación si no se abordan estos temas a tiempo.
La separación temporal puede venir bien para reflexionar sobre los errores cometidos y tratar de buscar solución a los mismos. También ayuda a valorar los deseos y apetencias de cada uno, y tratar de ver si la pareja puede satisfacerlos, y si tú puedes hacer lo mismo por él o ella. Este tiempo de pensar puede ayudar también a buscar soluciones contra la rutina, sea del tipo que sea, y a encarrilar la relación hacia un buen camino para ambos. Además, en muchas ocasiones la distancia puede hacernos descubrir cuánto echamos de menos a la otra persona.
Por supuesto, todo esto tiene un lado negativo. La separación temporal puede ser un beneficio o convertirse en el cierre definitivo de la relación, por lo que es un recurso con 'doble filo'. En primer lugar, el hecho de pasar de estar todo el día junto a una misma persona, a encontrarse completamente solo y libre, ayuda a muchos a apreciar esta cualidad de la separación, y les ayuda a dar el paso definitivo para librarse de la relación. Otro de los aspectos negativos de 'darse un tiempo' es que la distancia puede aumentar los celos o la desconfianza entre la pareja o enfriar aún más un amor moribundo.
Lo que desde luego no debe motivar la vuelta a una relación perjudicial para ambos, es el miedo a la soledad, la dependencia sentimental por el otro o las presiones familiares. Una relación debe mantenerse porque las dos personas se quieran y estén dispuestos a estar juntos, no por los motivos mencionados. Volver por esas razones sólo desembocará en más problemas.
¿Te ha funcionado separarte durante algún tiempo de tu pareja?