A partir de los 45-50 años en la mujer empiezan a disminuir los niveles de estrógenos, lo que conlleva la pérdida de lípidos, agua y colágeno. Por este motivo, durante la menopausia, el síntoma de la piel más visible es su adelgazamiento y sequedad, de manera que la piel se vuelve más fina y transparente.
Además, a estos cambios en la dermis hay que sumar los que también afectan al aparato genital. Las mucosas pierden su grado de humedad y son frecuentes la sequedad y atrofia vaginal, lo que dificulta las relaciones sexuales con la pareja.
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La piel experimenta cambios a lo largo de toda la vida condicionados bien por factores intrínsecos (la herencia, la raza y la edad), o extrínsecos (los años de exposición solar, los hábitos alimenticios, el consumo de tóxicos, etc.). Sin embargo, para los efectos en la piel como consecuencia de la menopausia existe un modo de ralentizarlos y es adoptando desde la infancia las medidas oportunas para mantener cuidada nuestra piel. De este modo, a la edad adulta, cuando se presente la falta de estrógenos, la piel tendrá una buena calidad e hidratación.
Igual de importante es mantener unos hábitos saludables durante nuestra vida para que nuestra piel se encuentre en perfecto estado. Así, hay que tomar las precauciones necesarias y oportunas frente al sol, evitar la exposición al tabaco, llevar una alimentación rica en frutas, verduras, fibra, y practicar ejercicio.
¿Has atravesado la menopausia? ¿Notaste los cambios en la piel? Cuéntanos tu experiencia.
¿Cuidas tu piel pensando en el futuro?
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