¿Sufres de intensos dolores musculares? ¿A menudo te sientes agotado sin razón aparente? ¿Conoces a alguien con estos síntomas? ¡Cuidado! Podría tratarse de fibromialgia.
La fibromialgia es una enfermedad del sistema nervioso central que produce dolor crónico a nivel muscular e hipersensibilidad sin ninguna causa específica a quienes la padecen.
Este trastorno, además de las dolencias musculares, también puede causar una serie de síntomas desagradables, como fatiga constante, rigidez muscular, fuertes dolores de cabeza, insomnio, ansiedad y depresión.
¿De qué se trata?
La fibromialgia ha sido muy estudiada por especialistas en medicina en numerosas oportunidades y, aunque aún no se ha conseguido una cura definitiva, las personas afectadas cuentan gracias a ello con una serie de recursos para mejorar sus dolencias.
Por lo general, los pacientes aquejados por fibromialgia debían acudir a médicos de distintas especialidades, realizarse evaluaciones multidisciplinarias y así tratar cada síntoma de una manera específica.
Pero tenemos buenas noticias. Además de la medicina tradicional y de una variedad de recomendaciones, más o menos confiables, que los pacientes suelen seguir para mejorar sus síntomas ―como dormir una buena cantidad de horas, ejercitarse regularmente y comer de manera saludable―, existe un nuevo tratamiento natural para la fibromialgia cuyos resultados los alivian considerablemente: las sesiones de sauna.
Sesiones de sauna portátil contra la fibromialgia
La disponibilidad en el mercado de saunas portátiles, perfectamente utilizables en casa y sin mayores necesidades logísticas ni económicas, le facilitan enormemente la vida a los aquejados por este mal, permitiéndoles decidir cuándo y dónde tomar sus necesarios baños de vapor.
Está comprobado que el calor es un gran aliado a la hora de combatir esta enfermedad. Las sesiones regulares de sauna aportan una gran cantidad de beneficios realmente convenientes para quienes padecen de fibromialgia.
Gracias a sus propiedades vasodilatadoras y vigorizantes, los tratamientos con vapor de agua desinflaman los músculos, a la par que relajan la tensión nerviosa acumulada.
El resultado inmediato de un tratamiento regular de esta naturaleza conlleva a una mejoría notoria en la calidad de vida de los pacientes, lo cual repercute además en su autoestima y su estabilidad emocional, retroalimentando positivamente la relación mente-cuerpo.
Alivio de los síntomas específicos
Si queremos ser más puntuales, podemos revisar uno a uno los potentes beneficios de la sauna para aquellos que la fibromialgia mantiene en perpetuo estado de rigidez y, en algunos casos, desesperación.
Alivia el dolor muscular focalizado. Los fuertes dolores característicos de la fibromialgia suelen ser muy difíciles de aliviar con tratamientos convencionales. En cambio, el calor producido durante las sesiones de sauna propicia que el cuerpo libere endorfinas, proteínas que poseen un efecto analgésico de acción inmediata en la musculatura y los puntos neurálgicos aquejados por la enfermedad.
Calma los dolores de cabeza. La tensión muscular y rigidez que la fibromialgia produce, asciende muy a menudo el sistema nervioso central, transmitiendo el malestar al cerebro y desencadenando jaquecas, migrañas y todo tipo de cefaleas. Las sesiones de sauna, acentuando las propiedades relajantes y desinflamatorias del calor, liberan las contracturas y tensiones musculares que disminuyen la rigidez de cuello, hombros y espalda, aliviando la presión corporal y aliviando los dolores de cabeza.
Acaba con el insomnio. Dormir se torna muy difícil para las personas que padecen de dolores constantes. Los efectos analgésicos y la sensación de bienestar general que deja una sesión de sauna portátil no solo dejan el cuerpo listo para el descanso, sino que disminuyen considerablemente el estrés y la ansiedad, todo lo cual se traduce en una mejora considerable de la calidad del sueño. Sin dolor y sin rigidez muscular el insomnio desaparece.
Disminuye del cansancio. Cuando el paciente consigue dormir lo suficiente sin despertar varias veces durante la noche su sensación de agotamiento general disminuye, atenuando de esta manera uno de los síntomas característicos de la fibromialgia: la fatiga constante.
Elimina toxinas. El calor liberado durante las sesiones de sauna promueve la transpiración, y a través del sudor se expulsa del organismo un buen número de toxinas y grasas, reduciendo el nivel en sangre del sodio, la nicotina y el alcohol, responsables de agravar los dolores crónicos, de acentuar el agotamiento y a menudo producir insomnio.
Aumenta la autoestima. Dado que las sesiones de sauna también repercuten en la mejora de la apariencia física de las personas ―pérdida de peso debido a la sudoración y además rejuvenecimiento de la piel―, se produce en ellas un aumento considerable de la autoestima, que a la larga potencia y fortalece su salud emocional. Esto es particularmente importante en los casos de fibromialgia.
Quienes sufren de fibromialgia sin duda conocen lo difícil que resulta atender la totalidad de los síntomas que padecen mediante un mismo tratamiento.
Por eso es tan importante el hallazgo de la sauna como una estupenda alternativa a los agotadores padecimientos de esta enfermedad.
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