¡Qué hacer con tanto tiempo libre? ?Cómo puedo seguir siendo útil? Son algunas de las preguntas que muchas personas se realizan cuando alcanzan la edad de la jubilación. En la actualidad, las generaciones que llegan a los 65 años se encuentran en unas condiciones de salud envidiables y, al mismo tiempo, poseen unos conocimientos y experiencia que no deberían ser menospreciados por la sociedad.
La vida no acaba con el final de la actividad laboral. Es ahora cuando comienza una nueva etapa en la que se pueden cumplir objetivos perseguidos a lo largo de los años y para los que nunca se tuvo tiempo. Durante la jubilación, las ganas por encontrar la felicidad y la plenitud en la vida se pueden incrementar ampliamente.
Una condición física excelente
Como señala el Catedrático de Psicología de la Universidad Autónoma de Barcelona, Ramón Bayés, en la Revista Española de Geriatría y Gerontología, a diferencia de lo que sucedía con generaciones anteriores, "un gran número de personas se jubilan en unas condiciones de salud excelentes y este fenómeno se va a acentuar en los próximos años a consecuencia de la oleada de prejubilaciones debidas a la crisis económica".
La jubilación ha dejado de considerarse un paso relativamente corto entre el fin de la vida laboral y la muerte, para convertirse en un objetivo muy deseado. A ello también contribuye, como es el caso de España, el actual sistema de pensiones que garantiza cierto bienestar en la edad madura.
La actual generación de ancianos es la primera que vivirá 18 años de media como jubilados, un hecho que nunca antes había ocurrido. ¿Qué van a hacer todas estas personas con tanto tiempo? ¿Qué nuevas funciones tendrán en la sociedad? Pensar que la vida se acaba con llegada de la jubilación es un error demasiado fácil en el que no se debe caer.
Cómo enfrentarse a esta nueva etapa
María Vázquez e Ignacio Montorio, miembros de la Universidad Autónoma de Madrid, afirman en su libro 'La psicologia que nos ayuda a vivir' que existen diferentes modos de afrontar la jubilación: "hay personas reticentes a jubilarse, porque están satisfechas con su trabajo. Otras personas aceptan la jubilación de forma resignada, como una nueva etapa a la que se tienen que enfrentar inevitablemente. Y, afortunadamente, hay muchas personas que reciben la jubilación como un premio a toda una vida de trabajo".
Asímismo, también se dan diferentes fases en la adaptación a la jubilación. Vázquez y Montorio indican que "en principio, suele aparecer cierta sensación de libertad, acompañada de satisfacción por poder emprender proyectos para los que nunca se tuvo tiempo. Posteriormente, las personas que no han planificado su jubilación, entran en un periodo de crisis emocional, y de reflexión acerca de lo que quieren hacer con su vida".
El objetivo es que la persona recién jubilada mantenga sus señas de identidad personal y los niveles de autoestima. Al mismo tiempo, debe adaptar su proyecto de vida a la nueva situación, y aprender a gestionar una de las mayores aportaciones de la jubilación: el incremento del tiempo libre.
Una nueva vida satisfactoria
Ramón Bayés sugiere algunas consideraciones para alcanzar una jubilación plena:
Haga ejercicio regularmente. Por ejemplo, caminar. De esta manera, retrasará la aparición del deterioro físico.
Busque una actividad que dé sentido a su vida y con la que obtenga un alto grado de satisfacción personal.
Viva el presente. No conduce a nada obsesionarse con el pasado.
Enriquezca su vida social, cultural y afectiva.
Sea generoso y compasivo con quienes le rodean.
En defintiva, la persona jubilada debe disfrutar de su tiempo de ocio de manera que le reporte beneficios físicos y psíquicos. Por ello es importante tomar conciencia del nuevo papel que tendrá en su nueva vida, así como de la preparación y planificación de la propia jubilación.
Agradecimientos a Ramón Bayés, Catedrático de Psicología de la Universidad Autónoma de Barcelona; María Vázquez e Ignacio Montorio de la Universidad Autónoma de Madrid.