Consejos para combatir la enfermedad celiaca en navidad
Existen numerosas intolerancias a ciertos compuestos de los alimentos que pueden provocar serios problemas de salud si no se detecta a tiempo y se sigue un tratamiento adecuado que restrinja el consumo de dichos compuestos. En el caso de la enfermedad celiaca, es crónica e incurable, el compuesto dañino es el gluten. El gluten es una proteína amorfa que se encuentra en la semilla de muchos cereales como, por ejemplo, el trigo, la cebada, el centeno, la espelta, el triticale y posiblemente la avena, cuando esta combinada con almidón. Los alimentos que lo contengan en su composición deberán evitarse por completo en la dieta diaria durante toda la vida.
Durante la Navidad es habitual reunirse con familiares o amigos alrededor de la mesa para celebrar estas fiestas tan señaladas y, aunque las personas que conviven a diario con pacientes con la enfermedad celíaca están familiarizados con los alimentos que no contienen esta proteína y con cómo deben prepararse, puede ser un gran reto para aquellos que se enfrentan por primera vez a esta situación.
Cuando uno de los asistentes a la cena o comida de Navidad padece la enfermedad celíaca existen dos opciones: preparar un menú especial para esta persona o hacer un único menú sin gluten para todos los asistentes.
Aunque la decisión final dependerá de cada uno, lo más recomendable es realizar un único menú ya que:
Existen muchos riesgos de contaminación cruzada, sobre todo si se preparan de forma simultánea.
Preparar dos menús diferentes puede elevar mucho el coste de la compra.
En fechas tan estresantes no es aconsejable cargarse con más trabajo del necesario. Diseñar dos menús supondría el doble tarea para la persona encargada de cocinar.
Evitamos el riesgo de centrar toda la originalidad en el menú estándar haciendo un menú demasiado aburrido para el celíaco.
Alimentos permitidos
Son muchos los alimentos que en su origen, por naturaleza, no contienen gluten y que, por lo tanto, permiten elaborar numerosos menús aptos para todos los comensales y para todos los gustos. Entre los alimentos permitidos se encuentran:
Productos lácteos: leche, quesos, quesos de untar sin sabores, requesón, nata (crema de leche), yogures naturales, cuajada.
Carnes y vísceras frescas, congeladas y en conserva al natural.
Embutidos como la cecina, el jamón serrano y el jamón cocido de calidad extra.
Pescados frescos y congelados sin rebozar, mariscos frescos y pescados y mariscos en conservas al natural o en aceite.
Huevos.
Verduras, hortalizas y tubérculos.
Frutas.
Arroz, maíz y tapioca, así como los derivados de estos.
Legumbres.
Azúcar y miel.
Aceites y mantequillas.
Café en grano o molido, infusiones y refrescos de naranja, limón y cola.
Vinos y bebidas espumosas.
Frutos secos crudos.
Sal, vinagre de vino, especias en rama, en grano y todas las naturales.
Alimentos que pueden contener gluten
Además de los nombrados anteriormente, existen otros alimentos que por naturaleza no deberían contener gluten pero que durante su elaboración para el comercio podrían llegar a incorporarlo en su composición, ya sea por el proceso tecnológico o por contaminación cruzada. Entre estos alimentos se encuentran:
Embutidos como el choped, la mortadela, el chorizo, la morcilla, las salchichas, etc.
Patés.
Quesos fundidos, queso de untar de sabores, quesos especiales para pizzas.
Conservas de carne, albóndigas o hamburguesas.
Conservas de pescado en salsa o con tomate frito.
Salsas, condimentos y colorantes alimenticios.
Sucedáneos de café, chocolate y cacao.
Frutos secos tostados o fritos con harina y sal.
Caramelos y golosinas.
Algunos tipos de helado.
Alimentos prohibidos
Al estar elaborados con los cereales que contienen gluten, no deberán usarse en ningún momento:
Pan, harina de trigo, cebada o centeno.
Bollos, pasteles, bizcochos, galletas, tartas y cualquier otro tipo de producto de repostería.
Pasta alimenticia, desde fideos hasta macarrones.
Higos secos.
Bebidas destiladas o fermentadas a partir de cereales como la cerveza.
Productos manufacturados como los almidones, las féculas, las sémolas o las proteínas.
Ante cualquier lo mejor es consultar la etiqueta del producto y ver que está libre de gluten o, para mayor seguridad, buscar en él la Marca de Garantía “Controlado por FACE” creada por la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE) para asegurar al consumidor que ese producto es apto para el consumo de un celíaco.
Fuentes: facilisimo.com y Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE).
Imágenes (por orden de aparición): derekskey/Flickr, ozmafan/Flickr, zimpenfish/Flickr, Carodean Road Designs/Flickr y sebrenner/Flickr.