Aunque el calcio es necesario para nuestra salud ya que es vital para la formación de los huesos, la secreción de hormonas, las contracciones musculares así como para el funcionamiento del cerebro y los nervios, su exceso en la sangre puede producir graves consecuencias para ella. A esta situación se la conoce como la hipercalcemia.
Las encargadas de manejar el equilibrio del calcio en nuestro cuerpo son la hormona paratiroidea (PTH) y la vitamina D. La primera es producida por las glándulas paratiroides, cuatro glándulas pequeñas situadas en el cuello detrás de la glándula tiroides. La vitamina D, por su parte se obtiene por la exposición de la piel a la luz solar y a través de la dieta con alimentos como la yema de huevo, el pescado, los cereales fortificados y los productos lácteos fortificados.
Causas
La principal causa de la hipercalcemia es el hiperparatiroidismo primario que se produce como consecuencia del exceso de secreción de la hormona paratiroidea por parte de las glándulas paratiroides mencionadas anteriormente. Este aumento de secreción se debe a un agrandamiento de una de dichas glándulas o más o, en algunos casos, a un tumor, que generalmente no es maligno, en una de ellas.
También pueden producir hipercalcemia algunas afecciones como:
Insuficiencia de las glándulas suprarrenales.
La hipercalcemia hipocalciúrica familiar (HHF), es decir, un trastorno hereditario que impide que el cuerpo pueda regular el calcio con normalidad.
Inmovilidad por un tiempo prolongado.
Exceso de calcio en la dieta, también conocido como síndrome de leche y alcalinos.
Hipertiroidismo.
Insuficiencia renal.
Medicamentos como el litio y los diuréticos tiacídicos.
Algunos tipos de cáncer como, por ejemplo, el cáncer de pulmón o el cáncer de mama.
Exceso de vitamina D, es decir, hipervitaminosis D, como consecuencia de una dieta incorrecta o de enfermedades inflamatorias.
La hipercalciemia es una enfermedad que afecta a un número reducido de la población. Además, gracias a los avances en la medición del calcio en sangre, la detección de esta afección ha mejorado notablemente por lo que se diagnostica a edades tempranas generalmente de manera que la mayoría de los pacientes que la padecen no presentan síntomas gracias a un tratamiento adecuado.
Por otra parte, son las mujeres mayores de cincuenta años las más propensas a sufrir esta enfermedad ya que a esas edades es cuando suele aparecer igualmente el hiperparatiroidismo primario.
Síntomas
Son múltiples y muy variados los síntomas que pueden aparecer como consecuencia del exceso de calcio en sangre.
Síntomas abdominales: estreñimiento, náuseas, dolor, inapetencia y vómitos.
Síntomas renales: dolor de costado, sed frecuente y micción frecuente.
Síntomas musculares: fasciculaciones musculares y debilidad.
Síntomas psicológicos: apatía, demencia, depresión, irritabilidad y pérdida de la memoria.
Síntomas óseos: dolor, arqueo de los hombros, fracturas patológicas, pérdida de estatura y curvatura de la columna vertebral.
Tratamiento
Después de analizar a través de la sangre o la orina los niveles de calcio, así como de otros indicadores como la vitamina D o la hormona paratiroidea, el médico, una vez diagnosticada esta patología, recomendará un tratamiento que tendrá como objetivo principal combatir la causa que origina la hipercalcemia cuando sea posible.
En aquellos casos en que de hipercalcemia grave que causa síntomas y requiere hospitalización, el tratamiento recomendado abarcará:
Calcitonina.
Diálisis.
Diuréticos.
Fármacos que detienen la descomposición y absorción de los huesos por parte del cuerpo.
Líquidos intravenosos.
Esteroides.
Además en aquellas personas con hiperparatiroidismo primario más grave, puede ser necesaria la cirugía para extirpar la glándula paratiroides anormal y curar la hipercalciemia.
Posibles complicaciones
El pronóstico dependerá de la causa que haya provocado este problema de salud. En algunos casos, aunque no suelen ser muy frecuentes, puede tener como consecuencia algunas complicaciones de diferentes tipos como:
Gastrointestinales: pancreatitis y enfermedad de la úlcera péptica.
Renales: nefrocalcinosis, deshidratación, hipertensión arterial, insuficiencia renal y cálculos renales.
Psicológicos: depresión y dificultad para concentrarse o pensar.
Óseos: quistes en los huesos, fracturas y osteoporosis.
Fuente: MedlinePlus
Imágenes (por orden de aparición): chefranden/Flickr, Etwood/Flickr, Oli R/Flickr y antonpinchuk/Flickr.