El pH vaginal oscila entre 3,5 y 4,5, el vulvar es un poco menos ácido y el pH de la piel que recubre todo el cuerpo es casi neutro, en torno a 6.
La secreción normal de la vagina es clara,viscosa,sin olor, con abundantes células de descamación y con un número pequeño de microorganismos que proceden de la flora vaginal.
Esta flora vaginal sobre todo está compuesta por lactobacilos llamados bacilos de Döderlein.
Es una flora beneficiosa que nos protege de la invasión de otros patógenos.
Estos lactobacilos bajo la influencia de los estrógenos transforman glucógeno en glucosa y finalmente acaba en ácido láctico. Este ácido láctico mantiene ese pH ácido en esta zona .
Si se eleva el pH, crece el riesgo de infección tanto por hongos como por bacterias.
Los jabones que se utilicen para la higiene de esta zona han de ser especialmente suaves, que respeten el pH y que sean eficaces en limpiar los restos organicos en este medio tan ácido.
Por eso, no es aconsejable usar el mismo jabón que para el resto de nuestro cuerpo,ya que cualquier variación en el pH ,puede desequilibrar la flora local beneficiosa y aumentar la posibilidad de padecer infecciones vaginales.
En el mercado es posible encontrar estos limpiadores en forma de syndiet y en toallitas, muy prácticas y cómodas.