La planta de la achicoria florece entre mediados de verano y principios de otoño. Sus flores azules carecen de tallo, brotan en ramilletes de dos o tres flores y se marchitan al poco tiempo de haber sido cogidas. Esta planta, muy ramificada, alcanza hasta 90 m de altura. Crece en suelos pedregosos, campos improductivos y caminos abiertos.
Por sus propiedades, el Dr. Bach la indicaba "para las personas que están muy atentas a las necesidades de los demás. Tienden a cuidar excesivamente a los niños, a sus familiares, amigos, siempre encontrando algo que pueda ser rectificado. Están continuamente corrigiendo lo que consideran erróneo y disfrutan haciéndolo. Anhelan que aquellos por los cuales se preocupan, permanezcan con ellos". Pertenece al grupo de la excesiva preocupación por los demás y está relacionada con la capacidad anímica del sentimiento maternal y el amor abnegado.
Del cariño al chantaje emocional
Los carácteres achicoria suelen ser personas muy atentas y serviciales, que cuidan con ternura de sus familiares y que trabajan sin descanso por el bienestar de los suyos. Con frecuencia anteponen las necesidades de los demás a las suyas propias y realizan grandes sacrificios por ellos.
Pero su aparente generosidad no lo es tanto puesto que, a cambio de sus desvelos, esperan algo a cambio: la compañía de sus seres queridos, ya que sienten verdadero terror a la soledad. Esta es la terrible cara negativa de las personalidades achicoria: pueden convertirse en auténticos chantajistas emocionales. Tienen mucho amor para repartir, pero en su aspecto negativo se trata de un amor egoísta y posesivo.
Un desesperado intento por llamar la atención
En la edad adulta, este estado no es fácil de diagnosticar, ya que no suele haber conciencia de padecerlo. Más bien serán los familiares o allegados quienes faciliten los datos necesarios para el diagnóstico, pues ellos serán los que más padezcan la situación. En niños, en cambio, el estado es fácilmente reconocible, puesto que son los típicos que gritan a pleno pulmón cuando se les niega algo.
En muchas ocasiones, las personas bajo este estado emocional, buscan desesperadamente llamar la atención. Es como si desearan escapar de sí mismos y vivir la vida de otra persona, por lo que con frecuencia proyectan su propia identidad en otros. Sin los demás, sienten que su vida carece de sentido. Con este comportamiento, hacen que los que les rodean sean tan dependientes como ellas.
?Cómo reconocerlos?
Los carácteres achicoria tienen tendencia a reclamar a los demás tiempo y atención. Si no lo consiguen, suelen enfadarse o bien pueden sentirse ofendidos, ignorados o heridos. Con frecuencia están muy apegados a vínculos emocionales del pasado. Sienten verdadero placer en comentar, rectificar y criticar constantemente.
La ingesta de la achicoria ayuda a acabar con el egoísmo y el interés, al tiempo que la persona comienza a sentir una preocupación sincera por los demás. Aumenta la capacidad de amar y la dedicación a los demás sin esperar nada a cambio, sin limitar la libertad de los otros. La auténtica recompensa es una verdadera seguridad en sí mismo.
Fuentes de información:
- 'Nuevas Terapias Florales de Bach', de Dietmar Krämer, ed. Sirio.
- 'Los secretos de las Flores de Bach', de Jeremy Harwood, ed. Taschen.
- 'La Curación por las flores', de Dr.Edward Bach, ed. Edaf.
- Notas del Seminario sobre Flores de Bach impartido por la terapeuta Mª del Mar de la Oliva.
- 'Flores de Bach. Manual para Terapeutas Avanzados', de Ricardo Orozco, ed. Indigo.