El ciberacoso es uno de los problemas que han ido de la mano con el crecimiento de las redes sociales. El ciberacoso sucede normalmente en la época escolar y ningún país se salva de mal. Los adolescentes son los más susceptibles ante el ciberacoso por eso se les debe proteger y estar pendientes de sus redes sociales.
La proliferación de aplicaciones de cotilleo como ‘Informer’ o Gossip está desatando la alarma en los centros educativos españoles y el aumento de las denuncias por acoso a menores a través de la red. Casi 4 de cada 10 menores reconocen haber sufrido insultos o ataques de compañeros de clase o ex parejas a través de Internet.
Las dimensiones que en nuestro entorno está adquiriendo el maltrato psicológico o bullying a través de la red preocupa cada vez más en los hogares españoles. El estudio Global Youth Online Behaviour Survey, realizado durante un año por Microsoft en más de 25 países, entre ellos España, pone de manifiesto que se trata de un fenómeno en auge y que casi el 40% de los jóvenes reconoce haberlo sufrido. Uno de los aspectos más alarmantes del ciberacoso es el efecto propagador de la red, un comentario negativo contra un compañero de colegio colgado en Internet, en cuestión de minutos puede generar una corriente de acoso escolar, más conocido como “bullying” hacia la víctima por parte del resto de estudiantes, convirtiéndoles en colaboradores tácitos.
La Guía de Actuación contra el Ciberacoso, editada recientemente por el Gobierno, aconseja que una vez que los padres tienen conocimiento de este tipo de situaciones se presente denuncia ante las Fuerzas de Seguridad o las autoridades judiciales. Hay que tener en cuenta que los hechos pueden ser constitutivos de delito o falta, por este motivo es importante presentar denuncia por escrito o de palabra ante la Policía, el Juzgado de guardia o el Fiscal de Menores.
Qué es el bullying
Los expertos recomiendan que los padres y el sistema educativo estén en alerta para que este tipo de casos puedan detectarse en sus primeras fases, antes de que tengan consecuencias irreparables para el menor. Por eso es importante actuar cuando se sospecha que existen vejaciones que atacan la dignidad personal del joven o a su imagen entre los compañeros de colegio, con el consiguiente daño moral. El bullying puede consistir en expresiones que se profieren o en acciones que se ejecutan contra alguien. Y puede tratarse tanto de actos aislados como de hechos que individualmente no atentarían a la dignidad pero que al producirse de forma sistemática se convierten en atentatorios.
“Prohibir el uso de tecnologías no tiene ningún sentido y suele provocar un efecto radicalmente opuesto al que buscamos. Las nuevas tecnologías, bien utilizadas, son una herramienta necesaria para la formación del menor y para su futura proyección profesional. Sí es necesaria una mayor implicación de los padres a la hora de educar a sus hijos sobre los riesgos de estas y un mayor control de los contenidos a los que acceden desde edades tempranas”, explica Miquel Artigas, Director de Servicios Jurídicos de DAS Internacional.
8 pasos para prevenir el ciberacoso
1) No prohíba a su hijo el uso de nuevas tecnologías, conciénciele de sus beneficios y alértele de los riesgos de su mala utilización. La educación en nuevas tecnologías debe iniciarse junto al resto de actividades diarias, no de forma aislada.
2) De la misma manera que es recomendable que conozca quiénes son los amigos de sus hijos en el mundo real, es aconsejable que sepa cuáles son sus relaciones en el entorno online.
3) Valore a qué edad es conveniente que su hijo disponga de teléfono móvil con acceso a Internet. El criterio educativo no debe ser que sus compañeros de clase lo tengan.
4) Los padres deben ejercer un mayor control del uso que hacen sus hijos en casa del ordenador y los dispositivos móviles. Herramientas como los ‘Informer’ o Gossip se utilizan sobre todo fuera de la escuela. Ubicar el ordenador en una zona común de la vivienda, al menos en los primeros años de uso por parte del menor, es una medida a considerar.
5) Infórmese de las políticas de seguridad que siguen los centros educativos y aplíquelas en el entorno familiar.
6) Preste especial atención a los juegos, fotografías o videos que pueda recibir el menor para evitar que tenga acceso a contenidos perjudiciales como violencia, pornografía o apología del consumo de drogas.
7) Si detecta un posible caso de ciberacoso, siéntese con su hijo, escúchele y muéstrele todo su apoyo. Transmita su inquietud a los responsables escolares para que extremen la atención sobre el joven. Los amigos del menor pueden disponer de información sobre la situación de éste.
8) En los casos más graves, y sobre todo en los de grooming (intento de un adulto de establecer lazos de amistad con un menor para obtener una satisfacción sexual mediante imágenes eróticas o pornográficas del menor), denuncie los hechos ante los Cuerpos de Seguridad del Estado.
Agradecimientos: Miquel Artigas, Director de Servicios Jurídicos de DAS Internacional.
Imágenes (por orden de aparición): Incase./Flickr, Jayson Ignacio/Flickr, GabrielaP93/Flickr y Johan Larsson/Flickr.