El origen de estos dolores proviene principalmente de los siguientes problemas:
1. Cardiovasculares:
- Angina o ataque cardíaco: estas dos situaciones producen un dolor que se origina en el corazón para luego expandirse hacia el brazo y la espalda.
- Ruptura en la pared aorta: genera unas fuertes molestias intensas en la zona del pecho.
- Pericarditis: es la inflamación del saco que rodea el corazón.
2. Pulmonares:
- Embolia pulmonar (sangre coagulada).
- Neumonía: el dolor se intensifica si tosemos.
- Pleuresía.
3. Digestivos:
- Cálculos biliares: las molestias aumentan después de cada ingesta de comida.
- La acidez y las úlceras gástricas también son afecciones muy incómodas y que tienen su origen en la zona superior del abdomen.
4. Otros:
- Herpes zóster.
- Inflamación de la zona: puede ser simplemente por motivos musculares o por costocondritis (inflamación del cartílago que une las costillas con el esternón).
- La respiración fuerte causada por un ataque de pánico también genera una sensación de opresión en el pecho.
Como dijimos al comienzo, el dolor torácico no suele tener consecuencias graves, pero esto no quiere decir que debamos despreocuparnos si lo sufrimos, todo lo contrario, la precaución debe ser máxima. Tanto es así que debemos acudir de urgencia al médico o solicitar una ambulancia si el dolor es muy intenso o aparece repentinamente y se propaga por el brazo, la mandíbula o la espalda. También si viene acompañado de náuseas, mareos, taquicardias y sudoración.
Además, si sufrimos anginas, acabamos de salir de una operación o se nos ha detectado alguna enfermedad cardíaca debemos tener un cuidado mucho mayor y no dudar en solicitar atención sanitaria cuando sintamos molestias. Estos son factores de riesgo y hacen que las probabilidades de sufrir un problema cardiovascular grave aumenten.
Si nuestro caso no es ninguno de los anteriores pero sí sentimos pequeñas molestias en la zona del tórax que se alargan más de 3 días, tenemos fiebre o estamos teniendo problemas para deglutir también debemos acudir al médico de forma preventiva.
En definitiva, todos los dolores que percibamos en la zona torácica deben recibir nuestra máxima atención, ya que en algunos casos pueden ser síntomas de problemas graves.
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Fuente: MedlinePlus