Cada vez son más las personas que recurren a los tatuajes como forma de expresión. Si bien es una técnica muy segura, también puede acarrear ciertos problemas que es importante conocer de antemano. En este post te comentaremos todas las situaciones de los tatuajes relacionadas con tu salud, y cómo cuidar un tatuaje para que puedas prevenir la aparición de problemas y puedas disfrutar de tu tatuaje al máximo.
¿Qué es un tatuaje?
Un tatuaje es la deposición de diferentes pigmentos en la piel. La técnica para realizar tatuajes utiliza pequeñas agujas que penetran la piel (hasta 3000 veces por minuto) de 1 a 2 mm atravesando la epidermis y depositando la tinta en la dermis. Como sabemos, la epidermis es la capa más externa de la piel, que está en constante renovación (aproximadamente se renueva totalmente cada mes). Como es lógico, en caso de que depositáramos la tinta en esta capa, el tatuaje desaparecería junto con las células en un periodo aproximado de un mes. En cambio, la dermis es una capa muy estable y por esta razón los tatuajes son de por vida.
Las tintas utilizadas para los tatuajes están formadas por una serie de ingredientes. La parte soluble de las tintas es metabolizada y excretada por el organismo en un número variable de días. Por su parte, el pigmento de origen mineral se deposita en la capa dérmica. Los pigmentos contiene diferentes sustancias minerales que varían en función del color: sulfuro de cadmio (tinte amarillo), óxido de hierro (tinte marrón), aluminato de cobalto (tinte azul), sulfuro de mercurio (tinte rojo), óxido de cromo (tinte verde), magnesio (tinte lila) y carbono (tinte negro).
A lo largo de los años vemos como el color del tatuaje va desvaneciéndose. Esto se debe porque tras la creación del tatuaje, los pigmentos se van liberando lentamente pero de forma mantenida a lo largo de toda la vida por diferentes procesos enzimáticos. Estos pigmentos liberados alcanzarán pequeñísimas concentraciones constantes en la sangre.
Cómo cuidar un tatuaje
Tras la realización del tatuaje, aparece un proceso de inflamación y cicatrización. El proceso completo de la curación durará aproximadamente de 7 a 14 días, dependiendo de la extensión y localización del tatuaje.
Tenemos que tener dos precauciones tras la realizar un tatuaje: evitar la infección y la inflamación.
En el caso de las infecciones, el período inicial es crucial. Para evitar infecciones, el tatuador nos dará una serie de normas a tener en cuenta y protegerá el tatuaje con una película autoadhesiva. En este punto debemos evitar la realización de deporte, ya que el propio sudor puede favorecer los procesos infecciosos. Tampoco es aconsejable el baño en piscinas, en bañeras, en el mar… en resumen, en todos los sitios que no sea la ducha.
Por su parte, para evitar más inflamación de la que tendremos, es importante evitar cualquier tipo de rozadura con costuras, calzado… que empeore la situación. Además, debemos protegernos de factores externos como por ejemplo el sol que potencian los procesos inflamatorios.
Para el proceso de cicatrización, se recomienda la utilización de alguna crema con propiedades reparadoras y pro cicatrizantes. En este sentido, la crema de Bepanthol, rica en ácido pantoténico es una de las más utilizadas.
A largo plazo, los tatuajes requieren los mismos cuidados que el resto de piel: hidratación diaria y protección solar.
Los tatuajes más oscuros son capaces de absorber mayor cantidad de luz, por ello requerirán una protección solar mayor. Si tu tatuaje es de color negro, ponte factores de protección alto y evita en la mayor medida posible su exposición al sol. Hasta un 20% de personas con tatuajes relata tener problemas con el sol (quemaduras, irritación, enrojecimiento…).
Problemas de salud relacionados con los tatuajes
Alergias
La alergia a alguno de los componentes del tatuaje es el problema de carácter no infeccioso más importante. Aunque es un problema que aparecía de forma muy frecuente en la época de los 60 y 70 por la diferente composición de la tinta utilizada, hoy en día sigue siendo un problema relevante. Las reacciones alérgicas a los tatuajes tienen unas características especiales:
habitualmente se manifiestan únicamente en uno de los colores del tatuaje
la sensibilización primaria es un proceso que en el caso de los tatuajes puede durar mucho tiempo. Esto quiere decir que los primeros signos de alergia suelen aparecer al cabo de meses o años de realizar el tatuaje.
la reacción alérgica suele ser crónica, molesta y constante. En muchas ocasiones el tratamiento habitual (con corticoides) no consigue paliar la alergia.
Además de molesta, la reacción alérgica suele presentarse con diferentes patrones (inflamación, formación de placas, ulceraciones…) que alteran la forma del dibujo. El síntoma que más habitualmente aparece ligado a la alergia es el picor.
En este apartado también cabe destacar la alergia al látex. Aquellas personas que sufran este problema deben notificarlo al tatuador para que utilice guantes de otro material. Durante el proceso de tatuado se pueden introducir partículas de látex en la piel que pueden producir desenlaces fatales.
Pseudolinfomas
Se trata de reacciones que producen lesiones benignas en la piel. Ocurren muy frecuentemente, sobre todo en las áreas en las que se utiliza la tinta de color rojo.
Se trata de un sobrecrecimiento de la piel (hiperplasia) que suele ser asintomático. Es importante destacar que aunque habitualmente estén confinados a la zona del tatuaje, no siempre tienen que aparecer en esta localización.
Personas con enfermedades reconocidas en la piel
Existen diversas enfermedades dérmicas que no casan muy bien con los tatuajes. Ejemplos:
Dermatitis atópica: habitualmente tienen la piel colonizada por unas bacterias conocidas como staphylococos. Al tener una piel con tendencia a la infección por estar menos protegida, es más fácil que estos desarrollen enfermedades como por ejemplo necrobiosis lipoídica.
Psoriasis: se puede producir el fenómeno de Koebner que básicamente es la aparición de una placa psoriática en la zona del tatuaje.
Urticaria facticia: también conocida como dermografismo, es la reacción desmesurada de la piel a cualquier trauma por leve que sea. En este caso, el proceso de inflamación y urticaria ocasionado por el tatuaje puede ser mucho mayor.
Como hemos visto, algunas enfermedades dérmicas reaccionan de una forma negativa frente a los tatuajes. Sin embargo, cabe decir que la gran mayoría de enfermedades que afectan a la piel no se verán afectadas en caso de que realicemos un tatuaje.
Neoplasias
Realmente no está del todo claro si los tatuajes favorecen la aparición de tumores aunque diversos estudios apuntan en esta dirección. Se ha visto además que en función del color del pigmento, la enfermedad que se puede desarrollar es una u otra. Por ejemplo, los colores negros y oscuros están más relacionados con la aparición de carcinoma de células basales y melanoma maligno, mientras que el color rojo está más relacionado con carcinoma de células escamosas o queratoacantoma. Estas diferencias se deben a la diferente composición de las tintas.
Infecciones
Diferentes hepatitis, VIH, herpes simple, sífilis, molusco contagioso, tuberculosis… son ejemplos de infecciones que pueden aparecer tras la realización de tatuajes. Es muy importante que el tatuador que realice nuestro tatuaje tenga todos los permisos en regla para evitar al máximo la posible aparición de este tipo de infecciones. Hoy en día se ha conseguido disminuir a tasas muy bajas la frecuencia de aparición de las infecciones en personas tatuadas.
Otras consideraciones de los tatuajes
Tatuajes y resonancia magnética
En diferentes películas y series hemos visto la incompatibilidad de las personas tatuadas con la resonancia magnética. Si bien esto podía suponer un problema con las tintas que se utilizaban hace muchos años, hoy en día no existe ninguna incompatibilidad.
Aún así, sí que se han reportado casos de ligera inflamación y picor en las personas tatuadas sometidas a estas técnicas.
Tatuajes y anestesia epidural
La anestesia epidural es muy utilizada en la práctica clínica habitual en procedimientos como por ejemplo el trabajo del parto. La inyección para conseguir esta anestesia se realiza en la zona lumbar. Los tatuajes en la zona por la que se debe hacer la inyección han sido un impedimento para realizar la técnica anestésica por riesgo de introducir tinta en el sistema nervioso central. Hoy en día, aunque se cree que el riesgo de efecto adverso es muy bajo, se utilizan diferentes técnicas para evitar pinchar por la zona tatuada.
Conclusión
Aunque hemos descrito un número importante de problemas de salud asociados a los tatuajes, la realidad es que la frecuencia de aparición de la mayoría de ellos es muy baja. Además, muchos de ellos son problemas leves que tienen un impacto muy bajo en la salud y calidad de vida. Nuestra recomendación es que antes de realizar un tatuaje se escoja un lugar que reúna todos los requisitos de higiene, nos inspire confianza y tenga tatuadores profesionales. Llevar a cabo un cuidado posterior del tatuaje también es importante para minimizar las consecuencias de este. En nuestra web encontrarás todos los productos necesarios para un cuidado conveniente de tu tatuaje, ¿nos visitas?
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