A la hora de hacerse un tatuaje se dice que hay que pensar bien aquello que se quiere uno plasmar en la piel porque es algo 'para toda la vida'. Por suerte, el avance de la ciencia ha hecho que ahora se pueda eliminar un tatuaje con cierta facilidad gracias a los tratamientos para eliminar micropigmentación en la piel que existen.
El tratamiento más extendido, seguro y eficaz es el de los láseres Q-Switched, que pueden ser el de Alejandrita, el de Rubí o el ND: YAG/KTP, siendo éste último el que se emplea principalmente. Este láser borra con más facilidad los colores negros, azules o rojos, siendo los más difíciles de eliminar los tonos claros como el amarillo, el azul claro o el blanco.
Para eliminar un tatuaje el número de sesiones puede variar entre las 2 y las 12, dependiendo del grosor (capas de la piel tintadas) y tamaño del mismo, aunque pueden influir otros muchos factores, como la propia calidad de la tinta que se empleó a la hora de hacer el tatuaje. Y el tiempo que hay que dejar entre sesión y sesión para que la piel 'descanse' suele ser de dos meses. Por tanto, la eliminación del tatuaje no es instantánea.
El Doctor Donís Muñoz, miembro de la Academia Española de Dermatología (AEDV), insiste en la importancia de la eliminación del tatuaje bajo control médico en clínicas que garanticen la higiene y la aplicación óptima del láser. Actualmente se pueden encontrar por Internet supuestos tratamientos igual de efectivos, pero que no lo son y, además, pueden poner en riesgo la zona de la piel donde se apliquen. Uno de ellos, por ejemplo, consiste en el uso de pistolas de micropigmentación que introducen en el interior del tatuaje un compuesto ácido que provoca el rechazo de la tinta por el propio cuerpo mediante una fuerte reacción inflamatoria.
¿Te has eliminado algún tatuaje? ¿Con qué sistema?
Imágenes: primera, A. Pagliaricci ♦/Flickr; segunda, oyaudi/Flickr