El cáncer cervical o cáncer de cuello uterino, es uno de los más comunes en mujeres. Pero, a su vez, es uno de los más estudiados y conocidos por los especialistas. Hay distintos tipos de lesiones que afectan el cérvix y es necesario reconocerlas porque se asocian con pronósticos y comportamientos diferentes.
La edad más frecuente de aparición de este tipo de cáncer es a los 54 años, pero en los últimos años, cada vez se reportan más casos en mujeres jóvenes. Los adenocarcinomas de cérvix, que son unos de los tipos más frecuentes (5-10% de los cánceres de cuello), cada vez se presentan con mayor incidencia.
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Tipos de cáncer cervical:
Dependiendo de las características histológicas observadas, existen varios tipos de cáncer de cuello uterino. Para poder establecer cuál tipo tiene una mujer, es necesario realizar una biopsia del tejido afectado. Al observar en el microscopio dicho tejido, se identifican las diferentes características que distinguen a cada tipo de cáncer.
1.- Carcinoma Epidermoide Infiltrante:
La mayoría de los carcinomas infiltrantes de cuello uterino son epidermoides (85%) de la zona de transición.
Hay dos tipos anatomoclínicos de carcinomas que tienen importancia en la práctica clínica y serán descritos a continuación:
Carcinoma microinvasor (Microcarcinoma):
Se refiere al cáncer de cuello uterino con una invasión menor de 5 milimetros de profundidad.
Su extensión superficial no debe alcanzar los 7 milimetros.
La importancia de diferenciar este tipo de los cánceres invasores radica en su evolución clínica. Lo que a su vez determina un tratamiento menos agresivo.
La metástasis ganglionar es inexistente o mínima, esto se debe a que para que se produzca, debe haber una invasión mínima para que se afecten los vasos.
Tienen un mejor pronóstico.
Carcinoma epidermoide invasor:
El carcinoma es de este tipo cuando la profundidad de infiltración de las células neoplásicas sobrepasa los 5 mm.
O si la extensión horizontal es mayor de 7 mm.
Aspecto macroscópico:
Cuando el tumor se hace visible, se suele observar como una zona rojiza oscura que hace relieve sobre la superficie rosada del exocérvix. Macroscópicamente, se distinguen cuatro formas de este cáncer cervical:
Forma ulcerada o endofítica: En el 35% de los casos son de esta forma. Se observa como una úlcera con bordes irregulares que crece hacia dentro. Usualmente, en la zona de la úlcera se evidencia un color amarillo que corresponde a infecciones. En algunas ocasiones, la zona puede estar cubierta por una escara negruzca que se desprende con facilidad y sangra.
Forma exofítica o abollonada: Es la más frecuente (60%). Son lesiones que hacen relieve y tienen aspecto de hongo, de color rojo amarillento. Se desmoronan con facilidad y sangran al contacto. Siempre se relacionan con el orificio cervical externo.
Formas mixtas: Estas formas suelen observarse cuando el cáncer se diagnostica tardíamente. En el cuello hay zonas exofíticas y zonas ulceradas que se encuentran recubiertas de tejido necrótico. A estas alturas, siempre hay sobreinfección, lo que produce el mal olor característico de estas etapas. En estadios más avanzados, la lesión se extiende a vagina y/o parametrios. En estadios finales, la extensión puede afectar a toda la pelvis, lo que da origen a una pelvis congelada.
Forma en tonel: Esta es la forma menos frecuente (5% de los casos). Como es de origen endocervical, crece en profundidad y no hacia el exocérvix. El cuello se hace voluminoso, observándose la forma típica de tonel. Se asocia con un peor pronóstico debido a que su diagnóstico es tardío.
Aspecto microscópico:
Según las características microscópicas del tumor, se identifican tres grados de diferenciación:
Grado 1: Carcinoma epidermoide bien diferenciado. La mayoría de las células tienen núcleos con atipias leves. Los citoplasmas son bien diferenciados. Hay amplios puentes intercelulares.
Grado 2: Carcinoma epidermoide moderadamente diferenciado. Las células neoplásicas tienen núcleos con atipias moderadas. Los citoplasmas pierden capacidad de diferenciación. Hay pérdida de puentes intercelulares.
Grado 3: Este es el carcinoma epidermoide escasamente diferenciado. Se evidencia intensa atipia nuclear de las células neoplásicas. Dichas células se disponen en cordones, masas o nidos sólidos. El citoplasma es indiferenciado.
Otros tipos de carcinomas:
Estos son menos frecuentes que el carcinoma escamoso convencional, además de que tienen mejor pronóstico. Son los siguientes:
Carcinoma de tipo linfoepitelioma: Tumor bien delimitado. El cual se forma por nidos de células epiteliales indiferenciadas las cuales se encuentran rodeadas por un estroma con infiltración linfocitaria.
Carcinoma verrucoso: Este tumor crece a medida que va formando masas exofíticas grandes y es localmente invasor. Está formado por células escamosas bien diferenciadas, con atipia nuclear leve y mitosis escasas.
Carcinoma papilar.
Carcinoma condilomatoso: Las células que los forman también son escamosas, pero su aspecto se asemeja al de los condilomas.
2.- Adenocarcinoma:
Estos tipos de cáncer cervical se desarrollan en el endocérvix y son menos frecuentes que los del exocérvix. Hay dos estadios que se describen a continuación:
Adenocarcinoma in situ:
Hay sustitución del epitelio endocervical normal.
Dicha sustitución viene dada por células neoplásicas epiteliales con núcleos hipercromáticos y atípicos.
Los citoplasmas mantienen sus características cilíndricas y su capacidad mucoseretora.
Adenocarcinoma Infiltrante:
Su origen son las células mucinosas endocervicales, la mayoría de las veces en la zona de transición.
En cuanto a su aspecto, ellos pueden crecer de forma exofítica formando masas polipodes. También, pueden hacerlo de forma ulcerada o de forma endofítica al infiltrar la pared cervical.
Microsópicamente, tiene un patrón de crecimiento complejo. Se forman estructuras túbulo-glandulares ramificadas y según esto, se distinguen tres grados de diferenciación.
Aspecto microscópico:
Según las características que se observan en el microscopio, los adenocarcinomas pueden ser:
Bien Diferenciados: Las glándulas neoplásicas están bien formadas, con tamaños similares y pocas ramificaciones. Núcleos con atipia leve y escasas mitosis. Citoplasmas conservan su capacidad mucoseretora.
Moderadamente Diferenciados: Hay variación tanto en el tamaño como en la forma de las glándulas, junto con ramificaciones abundantes. Se acompañan de crecimientos papilares intraluminales. En los núcleos, la atipia es más marcada y las mitosis son frecuentes. Los citoplasmas pierden casi por completo su capacidad mucosecretora. Hay zonas con crecimiento sólido sin formación de glándulas.
Escasamente Diferenciados: El crecimiento del tumor se da en forma de nidos y cordones sólidos; casi no hay formación de glándulas. Los núcleos tienen atipias intensas y mitosis abundantes. Casi todos los citoplasmas han perdido su capacidad mucosecretora.
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Estadios del cáncer cervical:
Antes que todo, se debe establecer el diagnóstico de un cáncer cervical y el siguiente paso es diagnosticar su extensión. Actualmente, se utiliza a nivel mundial, la clasificación establecida por la FIGO (Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia). Para poder decidir cuál es el tratamiento idóneo, es necesario estadificar primero el cáncer.
Esta Estadificación tiene una gran importancia clínica y pude establecerse mediante alguno de los siguientes métodos, generalmente una combinación de alguno de ellos:
Inspección y palpación.
Colposcopia.
Biopsia.
Legrado endocervical.
Histeroscopia.
Citosopia.
Rectoscopia.
Hay otros métodos, como la tomografía computarizada y la resonancia magnética, los cuales son útiles en el seguimiento de la paciente.
Según los hallazgos observados, los estadios del cáncer de cuello uterino son:
Estadio 0:
Carcinoma in situ o carcinoma intraepitelial.
Estadio I:
Carcinoma que se limita al cérvix.
IA: Este es el carcinoma que no ocasiona manifestaciones, es decir, es preclínico y solo se diagnostica por microscopio. La lesión no sobrepasa los 5 mm de profundidad ni los 7 mm de extensión horizontal. No se cambia el estadio a pesar de haber afectación de espacios linfáticos o venosos. IA1 (La invasión del estroma no es mayor de 3 mm y la extensión no es mayor de 7 mm). IA2 (La invasión del estroma no supera los 5 mm y en extensión no supera los 7 mm).
IB: Lesión que es visible clínicamente, se limita al cuello pero es mayor que IA. IB1 (Lesión no mayor a 4 cm). IB2 (Lesión mayor a 4 cm).
Estadio II:
La lesión se extiende fuera del cuello uterino, pero no hay invasión de la pared pelviana ni del tercio inferior de la vagina.
IIA: Hay afectación de la vagina pero no de los parametrios.
IIB: Hay afección de los parametrios sin llegar a la pared pelviana.
Estadio III:
La lesión se extiende a la pared pelviana o afecta el tercio inferior de la vagina.
IIIA: Afecta el tercio inferior de la vagina sin llegar a la pared pelviana.
IIIB: Lesión que llega a la pared pelviana o hidronefrosis o riñón sin funcionalidad.
Estadio IV:
La lesión se extiende fuera de la pelvis o afecta la mucosa rectal o vesical.
IVA: Extensión a los órganos vecinos.
IVB: Metástasis a distancia.
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Para entender un poco mejor los estadios del cáncer ce cuello uterino, observa el siguiente vídeo:
Los tipos de cáncer cervical siempre deben reconocerse una vez que se haya establecido el diagnóstico de una neoplasia maligna debido a la importancia que esto reviste. Y no sólo deben estadificarse, sino también identificarse si se está ante un carcinoma, un adenocarcinoma y a qué subtipo pertenece. De unas correctas identificación y Estadificación, depende una buena respuesta al tratamiento elegido.
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