La ansiedad es un mecanismo de defensa innato que produces cuando percibes situaciones de peligro. Su finalidad es que te adaptes a esta amenaza como por ejemplo luchar, huir o bloquearte. Es una reacción positiva que te ayuda a resolver situaciones puntuales del día a día. Asegura tu vida y no representa ningún riesgo de salud para ti.
El problema es cuando este mecanismo funciona de forma alterada provocándote un trastorno de ansiedad y aquí no es sólo un handicap para tu espalda sino para tu salud. Tu pensamiento deformado por el temor a una posible amenaza (por ejemplo evitar ciertas posturas porque tu espalda se quebrará y te dolerá más) irá acompañado de una serie de síntomas físicos nada agradables como corazón por las nubes, respiración a mil por hora, presentar rigidez, sudor a mares, náuseas, temblor, etc.
¿A qué es debido este cambio en el mecanismo que te genera más ansiedad?
La principal causa es que aún piensas que dolor es sinónimo de daño. Vuelve a repasar este enlace http://goo.gl/uGXBz7
¿Cómo podar tu ansiedad?
Después de aceptar que sufres de ella, has de aprender a controlarla pero sin estresarte. No tiene sentido salir del fuego (la ansiedad) para abrazar a las brasas (el estrés) ya que los dos son amigos del alma del dolor crónico de espalda. Piensa que tienes aliados poderosos para luchar contra ella sin emplear fármacos. Recuerda que las pastillas tienen efectos secundarios que te pasarán factura tarde o temprano y en el caso del dolor ya sabes que sólo sirven para perder el tiempo.
Recomendaciones a corto plazo:
1) Cálmate. No hagas nada y elimina estos movimientos repetitivos que haces sin sentido. Controla tu respiración. Muchos de los síntomas que tienes es debido a una respiración acelerada sin darte cuenta. Haz consciente tu respiración durante unos minutos por la barriga para liberar endorfinas, hará que tu cerebro vaya más despacio y te ayudará a:
2) Eliminar tus pensamientos negativos derivados de tu convicción que dolor es igual a daño. Tu lesión ya curó. Recuerda todo lo que te he enseñado. Da coherencia a un cerebro miedoso y absurdo que es capaz de ver una amenaza en un ramo de rosas. Reducirás tu nerviosismo infundado.
3) Muéstrale a tu cerebro que no hay riesgo y afronta las posturas que tanto temes. Exponte a tus movimientos clausurados por corsés mentales. Demuestrale con hechos que no hay riesgo en tu espalda.
Recomendaciones a medio y largo plazo.
4) Cambia tu forma de pensar, derrumba tus creencias rígidas y tus ideas inamovibles porque no te dejarán progresar hacia un camino sin dolor. La vida cambia, tu también has de cambiar abrazándote a las nuevas ideas aunque al principio cuesten digerirlas. La noche ayuda, es un aliado tuyo para repasar la neurociencia moderna sobre el dolor que desconectan redes neuronales temorosas.
5) Mantete activo. Adhierete al ejercicio ya que es una herramienta muy poderosa. Mejora tu salud mental y física. Quema tu angustia y libera endorfinas que también ayudan a desconectar neuronas dolorosas. ¿Y por qué no empezar de nuevo una actividad olvidada por la angustia al dolor como por ejemplo bailar,etc?.
6) Dedícate tiempo para ti. Cambia tu rutina en actividades y horarios. Busca un hobby diario que contribuya a cultivar tu calma. La distracción te ayudará y además, el cerebro segrega sustancias que te ayudarán a relajarte. No olvides que las rutinas atrofian el cerebro.
7 ) Evita adicciones que pueden potenciar tu ansiedad como ciertos alimentos, bebidas, tabaco, etc. Beber agua cuando dejas una adicción obstaculiza esta sensación de desesperación que te persigue al principi. Aliméntate de forma saludable. Incluye en tu dieta alimentos ricos en triptófano o serotonina como por ejemplo pescado azul celeares, legumbres (consulta con tu dietista).
Como siempre os dejo el enlace de mi página de fans de Facebook donde cada día pongo consejos para tu dolor crónico de espalda, espero veros por allí http://goo.gl/nfrfRj
Y no olvides tomarte el tiempo necesario para mejorar tu salud.