La dieta occidental ha causado diversos trastornos en la salud de millones de personas. Así, con el cambio de alimentación dieta que se ha producido en las últimas décadas, la prevalencia de la hiperuricemia (niveles elevados de ácido úrico) se ha incrementado mundialmente. Diversos fármacos disponibles actualmente para su control producen efectos negativos, tales como las lesiones hepáticas.
Ante esta realidad, los medicamentos naturales son una opción para combatir la hiperucemia sin ocasionar efectos secundarios.
De este tema, que preocupa a muchas personas voy a hablar a consecuencia de la solicitud recibida por parte de Henrietta, una seguidora de Maryland.
Ella es una mujer de mediana edad, que desde hace años labora como asistente administrativo en una universidad. Ella me comentó, que por lo general solía almorzar comida rápida porque la oferta de la misma es muy variada y no tenía que salir del campus universitario.
Para Henrietta esto acarreó ciertos inconvenientes, el primer problema fue la obesidad y en segundo lugar, llegó también a padecer ciertos trastornos gastrointestinales. En vista de esta situación, ella optó por realizar una dieta muy agresiva para bajar de peso. De esta forma, logró disminuir de peso en poco tiempo, sin embargo, esto le causó ciertos desequilibrios.
Ella no había notado nada anormal, pero al poco tiempo de haber perdido más de veinte libras, realizó un análisis hematológico, que arrojó niveles elevados de ácido úrico. De acuerdo al especialista, esto se produjo a consecuencia del adelgazamiento violento que realizó.
Preocupada por esta situación decidió comunicarse conmigo, a los fines de emplear algunas alternativas naturales para disminuir los niveles de ácido úrico.
Dado la creciente prevalencia de esta patología a nivel mundial, consideré apropiado compartir esta información en mi página.
El ácido úrico en el cuerpo humano
Los estudios de la fisiología humana han establecido, que la síntesis del ácido úrico se realiza principalmente a nivel del hígado, endotelio vascular e intestinos. El mismo está muy relacionado con el metabolismo de ciertas moléculas denominadas purinas, que permiten la síntesis de ácidos nucleicos. Cabe destacar, que el organismo posee ciertos mecanismos que le permiten obtener las purinas.
Ellos son, el proceso exógeno, que consiste en obtener las purinas de los alimentos de la dieta y el endógeno a partir de células dañadas o muertas. Un ejemplo de las purinas son las bases nitrogenadas que forman parte de los ácidos nucleicos (ADN y ARN).
Cuando el cuerpo metaboliza el ADN, por ejemplo como en la muerte celular, las purinas son degradadas formando ácido úrico. Es decir el ácido úrico es el producto que no queremos de las purinas, que aparecen en nuestro cuerpo cuando mueren las células o en otros procesos naturales.
Para muchas personas la presencia del ácido úrico genera temor, debido a su asociación con la presencia de la artritis inflamatoria severa, aguda y crónica. Además de ello, se ha implicado en ciertas patologías como el síndrome metabólico y gota.
No obstante, es importante destacar que el ácido úrico es la molécula antioxidante que predomina en la sangre. Esto permite que se generen respuestas inmunitarias mediadas por anticuerpos. Esta importante propiedad indica su enorme potencial protector frente a enfermedades neurológicas e infecciosas. Sin embargo, esto está aún por ser establecido de forma más precisa.
¿Cuándo el ácido úrico se considera dañino?
El ácido úrico además de modular ciertas respuestas inmunitarias, también participa en la regulación de la presión arterial y el control del equilibrio antiproxidativo. Sin embargo, es importante resaltar que su sobreproducción, así como la disminución de su excreción pueden provocar hiperuricemia. Esta patología hace referencia a un nivel elevado de ácido úrico en la sangre.
Cabe destacar, que el límite superior normal es de 6,8 mg/dL, por ello cualquier valor que sobrepase los 7 mg/dL se considera elevado. Dentro de los factores de riesgo de la hiperuricemia destacan los hábitos alimentarios, factores ambientales y genéticos, edad y sexo.
Los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2007-2008 de los Estados Unidos y la Encuesta de Nutrición de Taiwán, demostró hallazgos interesantes. Entre ellos, que los niveles de ácido úrico sérico se incrementan con el consumo de ciertos alimentos. Entre ellos destacan la carne, mariscos y alcohol (con énfasis en la cerveza).
Durante las últimas décadas el incremento de dietas ricas en alimentos con elevados niveles de sal, fósforo, potasio y azúcares simples, ha propiciado el incremento mundial de la hiperucemia. Así, en los Estados Unidos la incidencia en hombres es del 21,2% y en las mujeres del 21,6%.
Los expertos creen que, a futuro esta patología metabólica podría ocupar el segundo puesto después de la diabetes tipo 2. Incluso, se sabe que la hiperuricemia posee una relación de interdependencia con otros trastornos metabólicos anteriormente mencionados como la gota.
La industria farmacéutica ha logrado sintetizar en los últimos años diversos fármacos para el tratamiento del ácido úrico. Entre ellos destacan algunos uricostáticos (bloquean la producción de ácido úrico) y uricosúricos (facilitan la eliminación del ácido úrico).
Pero el empleo de estos medicamentos conlleva ciertos riesgos como erupciones, dolores abdominales, daños hepáticos y cardiovasculares, así como cálculos renales.
Empleando productos naturales para contrarrestar el ácido úrico
En los últimos años, debido a los peligros de los fármacos que controlan los niveles de ácido úrico, se ha prestado más atención a los productos naturales. Por medio de ellos se ha posibilitado el tratamiento alternativo de la hiperuricemia.
De hecho, muchos de ellos poseen la capacidad de reducir los niveles de ácido úrico y otros poseen doble efecto. Es decir, tienen la propiedad de incidir sobre ciertas enzimas y regular la producción y la excreción del ácido úrico. Dentro de estas alternativas seleccionadas destacan:
1. Cerezas negras ácidas
Las cerezas negras ácidas, cuyo nombre botánico es Prunus cerasus, es la especie de cerezas más cultivadas a nivel de Canadá, Europa y los Estados Unidos. Una de las variedades más conocidas es la Montmorency.
Una investigación publicada el 2014 por la Universidad de Northumbria en The Journal of Functional Foods, mostró hallazgos muy interesantes. Entre ellos, que el consumo de concentrado de cerezas Montmorency logran disminuir los niveles de ácido úrico en pocas horas.
Un estudio más amplio realizado el 2020 y publicado en British Medical Journal (BMJ) corroboró este efecto. El mismo se realizó durante un año con adultos entre 18 y 80 años que padecían de gota. A lo largo y también al final el estudio, se observó la reducción del dolor y una mayor excreción de ácido úrico en la orina. Además de ello, se logró una reducción sustancial de los niveles de ácido úrico en la sangre.
De acuerdo a los científicos, las cerezas negras contienen ciertos compuestos antioxidantes como la antocianina. Este compuesto es el responsable de neutralizar el efecto de diversos compuestos inflamatorios, tales como enzimas y citoquinas.
Se ha observado también, que la antocianina puede disolver el ácido úrico que causa dolor en las inflamaciones. Asimismo, es capaz de disminuir los niveles de ácido úrico a nivel de la sangre.
¿Cómo realizarlo?
Existen diversas formas de ingerir la cereza ácida. Ella está disponible en forma de zumo, zumo concentrado, extracto y polvo.
Puedes tomar diariamente 30 cc de zumo concentrado en 100 cc de agua filtrada
También puedes realizar un delicioso batido con una taza de cerezas dulces congeladas, media taza de zumo de cerezas ácidas, media taza de kéfir y cubos de hielo al gusto.
2. Harpagofito
Esta planta originaria de África ha sido empleada por algunas tribus conocidas como los bosquimanos, desde hace siglos. Se introdujo por primera vez en Europa en los años 50 y su auge comenzó en los años 70. Hoy es conocida por sus excelentes efectos sobre diversas dolencias, tales como osteoartritis, artritis reumatoide, dolores musculares y gota.
Muchas de estas patologías están relacionadas con los niveles de ácido úrico en el organismo. Esta planta cuyo nombre botánico es Harpagophytum procumbens, es también conocida coloquialmente como garra del diablo. Ella ha sido ampliamente estudiada, habiéndose demostrado su perfil de seguridad.
Cabe destacar, que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y ESCOP (Cooperativa Científica Europea de Fitoterapia) aceptan el empleo de la raíz esta planta para el alivio de dolores articulares. Es además reconocida por sus potentes efectos diuréticos, favoreciendo la eliminación del exceso de ácido úrico en personas con hiperuricemias leves.
Se ha descubierto, que esta planta posee fuertes efectos antiinflamatorios y analgésicos. Dichos efectos se atribuyen a sus altas concentraciones de glucósidos iridoides, especialmente el harpagósido. Posee además, flavonoides, fitosteroles, ácidos triterpénicos, principios amargos, trazas de aceite esencial y altos niveles de carbohidratos (estaquiosa y rafinosa).
El harpagofito se consigue en tiendas naturistas reconocidas. Por lo general se encuentra en forma de tinturas, extractos líquidos, comprimidos, capsulas y raíz seca deshidratada.
¿Cómo realizarlo?
Cuando el harpagofito se toma como suplemento oral, las dosis de 600 miligramos o menos al día se consideran segura. Otra forma común es empleando la raíz deshidratada.
Verter medio litro de agua filtrada en un recipiente mediano
Añadir una cucharadita de raíz deshidratada y leva al fuego
Hervir a fuego lento durante quince minutos
Colar y beber dos tazas al día.
Nota
No debe ingerirse por parte de quienes padecen hipertensión, gastritis o úlceras gastrointestinales. Tampoco por quienes tengan obstrucción a nivel de las vías biliares, personas con hipoglucemia o pacientes alcohólicos. Se sugiere además evitar su empleo en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia y niños menores de doce años.
Y quienes estén tomando algunos medicamentos como fexofenadina, celecoxib, warfarina, losartán, amitriptilina y piroxicam.
3. Limón
De acuerdo a diversas investigaciones se ha establecido que, la ingesta de zumo de limón recién exprimido previene los dolores ocasionados por la gota. Esto se debe a que el limón aporta cantidades importantes de vitamina C y de potasio. El potasio se ha asociado con el adecuado funcionamiento del sistema renal, favoreciendo que la sangre y la orina se mantengan ligeramente alcalinas.
El limón también contiene elevados niveles de ácido cítrico, lo cual favorece la disolución de los cristales de ácido úrico en las articulaciones. Se sabe asimismo, que ayuda a excretar el ácido úrico y a disminuir sus concentraciones a nivel sanguíneo. Incluso, se ha logrado comprobar que impide la formación de cálculos renales.
Se sabe además, que al equilibrar el pH de la sangre favorece la síntesis de carbonato de calcio. Este compuesto posee la capacidad de neutralizar ciertos ácidos a nivel de la sangre, incluyendo el ácido úrico.
De acuerdo a un estudio realizado en humanos y en mamíferos de laboratorio se demostró la capacidad del zumo de limón de disminuir la hiperuricemia. A las personas que participaron se les administró el equivalente al zumo de un limón (30 ml) diariamente. Esto se realizó a lo largo de seis semanas.
Se hicieron tres mediciones sanguíneas una antes de iniciar, al término medio y al final. Acabado el estudio se determinó, que el zumo de limón redujo significativamente los niveles de ácido úrico en sangre.
¿Cómo realizarlo?
Una forma bastante efectiva es agregar el zumo de un limón orgánico en una taza de agua filtrada tibia. Lo ideal es realizarlo por las mañanas en ayunas.
4. Bardana
Esta planta es nativa de Europa y Asia, siendo actualmente fácil de conseguir en Norteamérica. La bardana es apreciada por sus efectos depurativos de la sangre, ello favorece la eliminación de toxinas y permite además combatir los procesos proinflamatorios. Suele utilizarse para tratar enfermedades de la piel, infecciones, artritis y contaminación con metales pesados.
La raíz de bardana es un antiguo remedio tradicional empleado adicionalmente en los dolores agudos causados por la gota. También, se ha empleado de forma efectiva en el tratamiento de cálculos renales y enfermedades hepáticas. Muchos de estos efectos se deben a sus propiedades antiinflamatorias, digestivas, antibacterianas, depurativas, astringentes, desintoxicantes y diuréticas.
Su efecto diurético permite excretar el exceso de ácido úrico por vía urinaria. En la medicina tradicional es considerada como regeneradora del organismo, de allí que sea muy empleada en el tratamiento de hepatitis y cirrosis.
Sus efectos se deben a una serie de compuestos bioactivos tales como ácidos fenólicos (cafeico y clorogénico) y glucósidos amargos. Contiene además flavonoides, taninos, aceites volátiles, poliacetilenos (con principios antibióticos similares a la penicilina), sesquiterpenos, inulina, alcaloides y mucílago.
¿Cómo realizarlo?
Hervir una taza de agua filtrada
Añadir una cucharadita de raíz deshidratada
Cocinar a fuego lento, colocando una tapa durante unos cinco minutos
Dejar reposar por quince minutos
Colar empleando un colador fino y beber aun tibio
Tomar tres tazas diarias (una antes de cada comida).
Nota
No se recomienda su empleo en pacientes hipertensos. Tampoco debe utilizarse en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia. No debe administrase en niños menores de doce años ni personas que posean patologías cardíacas.
Concluyendo
Existen algunos factores, que pueden causar el incremento del ácido úrico o hiperuricemia. Durante las últimas décadas el incremento de dietas ricas en alimentos con elevados niveles de sal, fósforo, potasio y azúcares simples, ha propiciado el incremento mundial de la hiperucemia.
Pero también han incidido otros factores como el empleo excesivo de diuréticos, empleados para tratar la retención de líquidos, consumo desmedido de alcohol y obesidad.
El ácido úrico, además de modular ciertas respuestas inmunitarias, puede regular la presión arterial y ayudar a controlar el equilibrio de los compuestos antioxidantes en la sangre. Sin embargo, cuando se genera una sobreproducción del mismo, así como la disminución de su excreción se puede producir hiperuricemia.
Dentro de los factores de riesgo de la esta patología destacan los hábitos alimentarios, factores ambientales y genéticos, edad y sexo.
En los últimos años, considerando el peligro que representa el empleo de fármacos para el tratamiento del ácido úrico, se ha propiciado el empleo de productos naturales. Todos ellos poseen diversas propiedades que favorecen la formación y la excreción del ácido úrico. Entre estas alternativas se señalan, el limón, harpagofito, bardana y cerezas negras ácidas.
Henrietta se sintió muy contenta al recibir la información que le envié, la cual comparto en el post. Ella se puso en movimiento rápidamente y logró restablecer sus niveles adecuados de ácido úrico en sangre.
Me comenta, que optó por el zumo de limón y la cereza negra ácida. De hecho, me explicó que ha perfeccionado y adaptado diversas recetas de batidos que llevan de protagonistas el limón o la cereza negra ácida. Y ciertamente, apostó por mantener una salud adecuada porque ahora lleva a su trabajo un almuerzo saludable hecho en casa.
“El estudio muestra que el ácido úrico se eliminó rápidamente del organismo, con niveles más bajos evidentes tras el consumo del concentrado de cerezas Montmorency. Demostramos un descenso del ácido úrico en sangre, un aumento del ácido úrico en orina y una reducción de un marcador de inflamación en tan sólo unas horas”
Dr. Glyn Howatson
Universidad de Northumbria, Reino Unido
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Referencias:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5099468/
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https://www.northumbria.ac.uk/about-us/news-events/news/2014/09/drinking-montmorency-cherry-concentrate-reduces-effects-of-gout/
https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0304423817301851
https://ard.bmj.com/content/74/Suppl_2/774.1
https://www.wnyurology.com/content.aspx?chunkiid=21675
https://www.mayoclinic.org/symptoms/high-uric-acid-level/basics/definition/sym-20050607