Entre otras cosas, el tono se apaga, aparecen arrugas, la membrana celular pierde su fluidez, la función de las glándulas sebáceas se ralentiza, parte de la película hidrolipídica se pierde, la piel se fragiliza, afectándole más cualquier agente externo negativo, y las fibras de colágeno nativo se vuelven perezosas.
Para contrarrestar los efectos nocivos de todas estas agresiones se hace necesaria la aplicación de una buena crema nutritiva que ayude a combatir los signos visibles del envejecimiento, estimulando y fortaleciendo las células, mejorando el aspecto externo de la piel y contribuyendo a reducir las pequeñas arrugas.
CREMA DE GERMEN DE TRIGO
Como ya habrás visto, son muchas las fórmulas que llevan este ingrediente, y es que sus beneficios son conocidos desde hace infinidad de años. Su aceite de gran valor medicinal y cosmético y de alto contenido en vitamina E y en ácidos grasos insaturados, hace que su presencia sea imprescindible entre nuestros productos de belleza. Contiene vitamina A, por lo que es un eficaz enemigo de las infecciones de la piel, y vitaminas D, E, F y K, que estimulan el tejido cutáneo y aceleran el proceso de regeneración.
Pon en un recipiente resistente al calor los siguientes ingredientes: 50 cc de lanolina líquida, una cucharada sopera de miel fluida, quince gotas de glicerina, treinta gotas de aceite de germen de trigo y una cucharadita tamaño de café de lecitina en polvo. Caliéntalo al baño María. Cuando todos estos componentes estén completamente fundidos y entremezclados, agrega poco a poco dos cucharadas soperas de agua mineral. Si te resulta más cómodo, puedes echar mano de nuestra amiga la batidora eléctrica, terminarás mucho antes y te resultará más fácil.
Esta fórmula puede aplicarse a todo tipo de pieles, excepto en las muy grasas. Favorece la reparación y la protección de la epidermis a la vez que la suaviza.
CREMA DE SÉSAMO
Esta fórmula es apropiada para pieles muy secas y con problemas de desnutrición y arrugas. Ayuda a reparar las alteraciones de la piel motivadas por la falta de nutrientes. Con su uso continuado, notarás una muy satisfactoria mejoría.
Pon al baño María 100 cc de aceite de sésamo, añade 50 g de nata líquida, una yema de huevo, una cucharadita de postre de miel y una pizca de sal marina. Remueve muy bien y añade una cucharada de lecitina de soja. Agrega poco a poco 70 cc de vinagre de sidra, hasta que quede una crema untuosa. Si te apetece, puedes añadir otros 100 cc de aceite de sésamo. Todo depende de la textura que prefieras aplicarte. Es cuestión, sencillamente, de probar.
Si lo deseas, aquí puedes ver cremas nutritivas hechas con productos naturales.
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