Así que, si no quieres que te acompañe el virus, te aconsejo que prestes atención a estos simples consejos que permitirán tener tu coche totalmente desinfectado y libre del “bicho”.
En primer lugar, ten en cuenta todo lo que tocas cuando te montas en el coche: maneta exterior de la puerta, maneta interior, hebilla del cinturón de seguridad, volante, palancas, freno de mano, palanca de cambio, espejo interior, radio…
Una vez hayas comprobado todo lo que puedes haber tocado, coge un par de guantes de nitrilo, enfúndalos en tus manos y manos a la obra:
Toma un bote con atomizador (un “flis-flis” de toda la vida, sí) y llénalo de una solución de agua y jabón o agua y alcohol (no uses lejía puesto que los materiales del interior del vehículo no están preparados para un producto tan abrasivo como este y conseguirás deteriorarlo).
Coge un rollo de papel desechable y atomiza todos los elementos expuestos para después frotar con un buen trozo de papel. ¡No hay más! Tan solo, procura hacer esto siempre antes de salir del vehículo para que al día siguiente, cuando vuelvas a montarte en él no te infectes.
Además, debes tener la precaución de no añadir demasiado jabón porque puedes dejar cercos en la tapicería. Con solo un poco de este ya te librarás del virus.
Y, por supuesto, nada de utilizar lejía ni amoniaco, porque ya puedes imaginarte cómo quedará tu coche después de esto.
Y para concluir, LAVA TUS MANOS ANTES Y DESPUÉS DE LIMPIAR EL COCHE, sino esto no habrá servido de nada.
¡Cuídate!