Conoce tu Pelvis

Te propongo empezar a conocer tu pelvis.

Allí donde estés sentado/a nota cómo se apoyan tus glúteos sobre la silla.

Siéntate en el borde, levanta un glúteo y pon la mano debajo del mismo, ahora siéntate sobre la mano y siente este hueso ahí, tal vez así es más claro sentirlo. Del otro lado tienes otro. Este es el isquion.

Saca la mano y ahora que lo has identificado nota cuanto peso llevas al isquion de tu lado derecho y al del lado izquierdo, tal vez notes que llevas más peso a uno o al otro, nota cómo es. Lleva la atención al isquion del lado derecho y empieza a curvar, a doblar la espalda y, al alargarla, al regresar nota como cambia el lugar del isquion que se apoya sobre la silla.

Mira hacia arriba cuando alargues la espalda y hacia el ombligo cuando la redondees.

Hazlo despacio, suave, sin forzar nada.

Ahora que sabes cómo hacerlo, repítelo con los ojos cerrados llevando la atención al lugar de los isquiones que se apoyan sobre la silla.

Descansa un momento.

Lleva tus manos a tus caderas encontrando el hueso que allí sobresale. Palpando, sigue con tus manos el recorrido de ese hueso hacia delante y hacia atrás y arriba. Allí has encontrado tus crestas iliacas.

También es posible que las encuentres acostándote boca abajo a la altura de tus caderas. Sobresalen más en unas personas que en otras.

Lleva tus dedos a más o menos debajo de tu ombligo y presiona un poquito para sentir tu hueso allí. Ahí encuentras tu pubis.

También puedes ir al suelo y acostarte boca abajo y seguramente encontrarás como este hueso, por debajo de tu ombligo, presiona o hace mayor contacto sobre él.

Ahora que has identificado los tres, lleva tu mano derecha a tu cresta iliaca del lado derecho y la mano izquierda a tu pubis, siente e identifica estos dos puntos. Llevando tu atención a estos dos puntos y al apoyo de tus isquiones sobre la silla empieza a rodar tu pelvis hacia delante y hacia atrás. Siente, mientras lo haces, los tres lugares al tiempo y la distancia que hay entre un punto y otro, así como el volumen de toda la pelvis.

Puedes cambiar las manos para hacerlo del otro lado.

De nuevo, puedes hacerlo, con los ojos cerrados.

Recuerda leer, las pautas a seguir, antes de empezar cualquier lección.

Cuéntame, aquí abajo en los comentarios, tus sensaciones al hacer estos movimientos: qué aprendiste? qué descubriste? qué sensaciones nuevas encontraste?

Si quieres seguir explorando y conociendo más acerca de tu pelvis y su conexión con el resto de ti, la relación entre estos tres puntos y su tridemensionalidad, puedes realizar los talleres y clases online.

Taller intensivo: El poder de la Pelvis.



Fuente: este post proviene de Blog de Esther Niego, donde puedes consultar el contenido original.
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