Ten en cuenta que tu decisión no sólo afecta a tu familia, también puede afectar la salud de los demás. Una sola exposición a un brote podría llevar a muchas complicaciones para la familia o amigos de una persona no vacunada. Eso sí, hablamos de vacunas contrastadas, no experimentos generados rápidamente ante pandemias y con efectos secundarios mucho más peligrosos que la enfermedad de la que, se supone, protegen.
Sin las vacunas, tú y tu hijo están en mayor riesgo de contraer una de las enfermedades prevenibles por vacunación.
Posibles riesgos para las personas
Un niño que no esté vacunado es automáticamente más susceptible a enfermedades peligrosas y a veces mortales. La lucha contra estas enfermedades puede necesitar una gran cantidad de tiempo, el aislamiento obligatorio, dinero y sufrimiento. Las vacunas se han desarrollado para prevenir estas enfermedades. Las vacunas son muy seguras, y la amenaza de estas enfermedades es muy real.
Cuidado con las consecuencias
Durante los brotes, los niños no vacunados pueden ser puestos de forma obligatoria en cuarentena o aislamiento. Simplemente no haber sido vacunado podría significar que tu hijo ha de ser excluidos de la escuela o guardería.
La familia podría ser obligada a recluirse en su casa hasta recibir una autorización médica o de salud pública. A veces, esto podría tomar varias semanas o incluso más tiempo si varios miembros de la familia están expuestos. Debemos recordar que una persona no vacunada puede ser una amenaza enfermedad a otros niños y adultos
Problemas para la comunidad y otros niños
Desafortunadamente, los niños que no están vacunados representan una amenaza de transmisión cuando hay una enfermedad en la comunidad. Ellos pueden transmitir la enfermedad a bebés que son demasiado jóvenes para recibir inmunizaciones.
También representan una amenaza para los niños con exenciones médicas, incluidos los niños con leucemia, que no pueden ser vacunados debido a su condición médica. Estos niños también se ponen en riesgo.
La única forma en que podemos protegerlos es rodearlos de niños vacunados. Los niños con excepciones pueden transmitir la enfermedad a esos niños que no son conscientes de que no están protegidos.
Un ejemplo a tener muy en cuenta es en la epidemia de sarampión, los estudiantes con creencias personales de que las vacunas eran malas y aquellos con exenciones eran muchas veces más susceptibles a contraer el sarampión que aquellos que fueron vacunados.
Una vez infectado, un niño que no haya sido vacunado puede morir de ciertas enfermedades o tener complicaciones graves ya que su cuerpo no está preparado para recibir agentes externos como virus y bacterias peligrosos.
Debemos tener en cuenta siempre que todos los niños y adultos deben recibir todas las dosis de una vacuna con el fin de proporcionar la mayor protección posible ante cualquier enfermedad. Si requiere múltiples dosis, el niño o adulto deben recibir todas las dosis para que la vacuna funcione de manera eficaz ya que de no hacerlo solo se estará preparado hasta cierto punto, pero no se puede asegurar una eficacia completa.