Un hombre se queda tranquilo y contento cuando ha puesto el corazón en su obra y ha hecho todo lo posible que ha podido; pero lo que ha dicho o hecho de otra forma no le dará sosiego. Es una liberación que no libera. En el intento, su genio le abandona; ninguna Musa le conforta. Ninguna invención, ninguna esperanza.
Confía en ti mismo: todo corazón vibra ante esta cuerda de hierro.
Acepta el lugar que la divina providencia ha encontrado para ti; acepta
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