Entre las plantas había una que odiaba, la ortiga. No había forma de tocarla y que no te picara. Según mi madre si dices la frase “Sapo, si me picas te arrapo” mientras la coges no te pica. Mentira, lo intenté varias veces y picaba igual. Me recordaba tanto a la menta pero ese efecto me tenía desconcertado.
Recuerdo años después en clase de macrobiótica cuando nos trajeron las ortigas que di un salto atrás: ¿esto también? ¿con lo que pica? y realmente sentí sus efectos cuando la probé en cocina, fueron casi inmediatos. Recuerdo ese día yendo al baño a orinar como 7 veces sacando todo mi exceso de líquido, y eso que en aquel tiempo casi no consumía agua, pero mi cuerpo soltaba igual.
La ortiga es una planta que crece en forma de arbusto y hay quien lo considera una mala hierba, porque crece en los vertederos, en lugares donde no hay urbanización y en las montañas en las zonas húmedas. Pese al gran problema de que tiene el efecto urticante sus propiedades la hacen una hierba a tener en cuenta:
- es un excelente diurético, elimina exceso de líquidos rápidamente. Viene muy bien para las personas que tengan los riñones muy obstruidos.
- Analgésico. Reduce dolores musculares.
- Antiinflamatorio. Interviene activamente en la reducción de la inflamación de tejidos y articulaciones.
- Antihistamínico. Ayuda en algunos casos de alergias severas a reducir sus efectos.
- Ayuda en problemas de piel. Precisamente el efecto urticante permite que la piel se active y se movilice la circulación sanguínea. En algunos balnearios realizan frotaciones con la ortiga o con un concentrado de ella.
¿Y cómo se utiliza la ortiga en cocina?
Pues te recomiendo que saques las hojas del tallo como puedas, les des una buena lavada y como primera cocción salteadas en la sartén con un poquito de aceite y salsa de soja. Y a partir de aquí las puedes añadir a una ensalada, junto con verduras y la receta que más me gusta: una crema de ortigas, te dejo aquí la receta.Crema de ortigas
Ingredientes:Un puñado de hojas de ortiga, bien lavadas y salteadas con aceite.
1 nabo grande
1 cebolla grande
1 litro de agua
Una cucharada sopera de miso de cebada
AOVE
Preparación:
Saltear las cebollas, cortadas en medias lunas finas, y el nabo cortado en rodajas con un poco de aceite. Añadir los nabos y las ortigas, saltear unos minutos más. Añadir el agua y cocinar durante 15 minutos. Añadir el miso y disolver bien. Consumir caliente.