Aprender a madurar a partir de las experiencias pasadas

Nuestras vivencias tempranas determinan en gran medida nuestra vida futura, necesitamos retomar todo lo que nos ha conformado y conducido hasta hoy, se convertirá en un punto de partida de lo que vendrá. Es como hacer un "inventario" de nuestra vida para darle un nuevo sentido, lo que surja de ello nos hará estar pleno de posibilidades.



Interesarse en realizar un viaje a nuestro interior, conocer las profundidades del alma para saber quienes somos y como somos, será fundamental para llevarnos al crecimiento, a la madurez, la individualización y aún más allá, a la sabiduría y la luz. Este camino infinito, lleno de sorpresas, algunas veces oscuro, debe ser enfrentado con la historia que se lleva.

Nuestro pasado está lleno de buenas y malas experiencias, de dolor, de frustración,  y a veces seguimos metidos en él, sintiéndonos incapaces de desligarnos de situaciones ya caducas, repetimos una y otra vez los mismos patrones de conductas erróneas, y nos da temor probar actitudes nuevas.



En otras oportunidades vivimos huyendo del pasado, enojados y temerosos por los "fantasmas" que nos persiguen, dejando al descubierto que podríamos restablecer una nueva empatía con nuestra experiencia pasada y sacar lo valioso, que nos ha permitido crecer y madurar.

En ambos casos no tenemos una buena relación con la historia que nos antecede, que da como consecuencia que tampoco hay una buena relación con lo que somos, es por ello que debemos hacer una especie de inventario y así dar un nuevo giro a nuestro actuar y ser capaz finalmente de hacer cambios importantes en su vida hoy cuyos actos acertados lo harán tener un mejor futuro.

Imágenes: Saber que...