Como se aprende a meditar con tu cámara de fotos
Cuando hablamos de meditación, siempre se nos viene a la cabeza la imagen de alguien en posición sentada o tumbada, con los ojos cerrados, las manos casi caídas o sostenidas sobre los muslos o a lo largo del cuerpo y un silencio sepulcral envolviendo el espacio en el que imaginamos a esa persona. Pero meditar es también no aislarse del mundanal ruido, sino, aunque te pueda parecer mentira, también es diluirse en él y se aprende a meditar con una cámara de fotos y salir a la calle a observar. ¿no es eso precisamente el arte de la meditación, ¿no se trata de situarnos en la postura de observador?.
Se aprende a meditar no sólo sentado en un cojín, sino paseando por tu ciudad o pueblo posicionándote en el silencio y observando todo cuanto acontece a tu alrededor.
La fotografía es instante presente, es el momento decisivo del que nos hablaba Henri Cartier-Bresson cuyo libro "fotografiar del natural" te recomiendo.
Hoy, que tan de moda está la llamada "Street Photography", que no es ni más ni menos que la fotografía callejera o fotografía urbana te animo a utilizar tu cámara como una herramienta con la que se aprende a meditar de una forma amena y consciente. Fotografiar es un acto íntimo en el que tú, como ser vivo y sintiente, pones tu corazón y tu emoción en el acto de observar y apretar el botón en el que proceder a congelar ese instante presente; ese momento decisivo que consigues atrapar desde el centro de tu ser.
En los Talleres de Fotobiografía Emocional y Mindfulness que imparto, es un placer transmitir a los y las participantes el respeto y el amor por la fotografía como una línea también de descubrimiento y de autoconocimiento. Se aprende a meditar también situándonos en la posición de observadores/as serenos/as de la realidad que se abre ante nosotros y nosotras, pero para ello, el trabajo previo de instalarse en el instante presente, es básico a la hora de discurrir ?cámara en mano- por los lugares y espacios en los que deseas desarrollar tu creatividad.
Ten claro que, si te gusta la fotografía o estás pensando en comenzar a disfrutar de ella, mi recomendación es que pruebes también a realizar algún taller de prácticas de atención plena o mindfulness porque mientras se aprende a meditar, también se aprende a estar, ser y hacer en el instante presente, en el aquí y ahora; justo en el momento clave en el que, a través del visor, observas el mundo que quieres congelar. Y no hace falta grandes viajes, ni buscar lugares recónditos. Lo importante es "darse cuenta" de que lo extraordinario está en lo cotidiano y eso, en fotografía, como en la vida es, simplemente, olvidarte de tu piloto automático para discurrir por el camino de la serenidad. ¿te apetece fotografiarlo?. Te invito a ver algo de mi trabajo en fotografía: “Sentidos” “Vidas anónimas” “De la Alhambra a Nueva York”
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