Todo lo que debemos saber acerca de los antibióticos.
Primero: Historia. Los antibióticos tienen un uso reportado desde la antiguedad, pero no eran bien conocidos. En China en el año 1500 a. C. se describe que el uso de el moho de la soya tenía beneficios terapéuticos en algunas enfermedades, Louis Pasteur y Robert Koch observaron que la existencia en el ambiente de ciertos microorganismos inhibía el desarrollo de otros. Sin embargo, el primer antibiótico cuya existencia es reportada como tal fue descubierto en 1897 por Hernest Duchense en Francia, mientras trabajaba con el hongo que la producía del género Penicillium, aunque sus estudios no fueron tomados en cuenta en la época. Posteriormente en Alemania en 1909, Paul Ehlrich comienza sus observaciones sobre la mejoría de la sífilis con el uso del Salvarsan (antibiótico de corte espectro). Alexander Fleming estaba cultivando la bacteria Staphylococcus Aureus, la muestra se contaminó accidentalmente con el hongo Penicillium notatum, y notó que alrededor del hongo no podía crecer la bacteria, incentivando su curiosidad y llevándolo a describir que esto se debía a que los hongos producían una sustancia que eliminaba a las bacterias, y debido a su origen llamó a esta sustancia Penicilina. A partir de estos comienzos, se investiga la existencia y efectos de los diversos antibióticos.
Segundo: Efectos sobre los microorganismos. Existen sustancias que inhiben la reproducción y el crecimiento de las bacterias, son los llamados bacteriostáticos. Son útiles para combatir el aumento de tamaño de ciertas poblaciones bacterianas, y pueden combinarse con el uso de otros medicamentos con otros mecanismos de acción, para erradicar la infección bacteriana. Otros tienen efecto bactericida, y este término se refiere a aquellos que causan la muerte de los microorganismos patógenos debido a lesión de su estructura, o a que intervienen en su fisiología normal.
Tercero: Se clasifican. Existen multiples clasificaciones de los antibióticos, las mismas se hacen según su mecanismo de acción en: 1) los que inhiben la síntesis de la pared bacteriana (penicilinas y cefalosporinas, cicloserina, bacitracina), 2) los que afectan la permeabilidad de la membrana celular permitiendo la fuga de elementos celulares, fijándose a algunos compuestos que conforman las membranas (polimixina), 3) aquellos que causan la inhibición reversible de la síntesis de proteínas a nivel celular y de esta manera también su crecimiento y reproducción (cloranfenicol, tetraciclinas, eritromicina, clindamicina, pristinamicinas), 4) otros que se unen al ribosoma y alteran la síntesis de proteína de manera irreversible causando la muerte celular de la bacteria (aminoglucosidos), 5) algunos que afectan el metabolismo de los componentes del ADN (rifamicinas y quinolonas), 6)los que bloquean enzimas de las bacterias (trimetroprim y sulfonamidas). También existen clasificaciones según similitudes en su composición, así tenemos las sulfonamidas, las quinolonas, los betalactámicos, los aminoglucosidos, las tetraciclinas, los macrólidos, las oxazolididonas entre otros.
Cuarto: Uso correcto de los antibióticos. La cantidad de bacterias en el mundo es ilimitada. Están en todos lados, por lo cual se les llama ubicuas, y muchas de ellas pueden afectar a los humanos, a sus tejidos, a sus órganos. Unas mas potentes que otras, con mejores o peores mecanismos de acción, mas o menos eficientes con respecto al uso de la energía, viven en diversos climas, se reproducen bajo ciertas condiciones. Nuestro propio cuerpo es el hogar de multiples bacterias que en condiciones normales pueden vivir en armonía con nosotros, es decir, sin afectar nuestra salud; pero que en ciertas circunstancias y por romper este equilibrio tienen la capacidad de convertirse en patógenos y causarnos multiples enfermedades. Pues bien, debemos saber que para combatir cada bacteria existe un antibiótico adecuado. Esta es la razón por la cual, el tratamiento con Antibióticos debe ser lo mas específico que sea posible, para lograr que su uso sea efectivo y lograr así revertir la infección bacteriana y sus efectos en nuestro organismo.
Para lograr esta especificidad, al sospechar la existencia de una infección bacteriana, debe procederse a realizar el cultivo y antibiograma de las secreciones que se obtienen en la enfermedad, bien sea de esputo, de secreciones nasales, orales, de sangre, de orina. Con este procedimiento se pretende precisar cual es la bacteria involucrada y el antibiótico indicado para combatirla. Los cultivos consisten en llevar esa muestra a medios en los cuales ellas crecen bajo ciertas condiciones de temperatura, humedad, concentración de oxígeno, y según sus características fisiológicas y microscópicas sean identificadas. Sin embargo, como esto lleva días para ser llevado a cabo, se podría iniciar un tratamiento en base a la presunción de cual es el microorganismo implicado, esto obedecerá a la evolución que ha tenido la enfermedad, y se llama tratamiento empírico. Una vez se obtengan los resultados del cultivo y antibiograma, se puede decidir cambiar el tratamiento o mantenerlo, pero ya con conocimiento específico.
Quinto: Las bacterias pueden ser resistentes a los tratamientos con los antibióticos. Esto se debe a que ellas pueden desarrollar u obtener de otros microorganismos mecanismos de resistencia, que las hacen fuertes ante la acción de ciertos antibióticos, que en una situación diferente podrían hacerlas morir o inhibir su reproducción. Esto es delicado, puesto que la resistencia bacteriana puede ser inducida por el uso indiscriminado de antibióticos, he aquí la razón por la cual son expendidos estrictamente con receta médica. La resistencia bacteriana constituye un grave problema para los científicos, pues los ha obligado a desarrollar antibióticos cada vez mas fuertes que sean infalibles a los mecanismos de escape bacterianos, y así lograr combatir las enfermedades que causan. Una bacteria puede desarrollar resistencia a gran cantidad de medicamentos, y a ella se le llamará multiresistente. Las bacterias que viven en los ambientes hospitalarios pueden tener esta característica, y la infección por alguna de ellas puede originar el uso de multiples antibióticos al mismo tiempo para combatirlas de manera efectiva. Los gastos y consecuencias indeseables que generan este tipo de infecciones son muy altos y desagradables, por tanto se intenta evitar al máximo favorecer la instauración de la resistencia bacteriana.
Seguir el tratamiento de manera adecuada también es una forma de evitar la resistencia bacteriana. Los Antibióticos necesitan llegar a cierto nivel de concentración en la sangre para cumplir su función, y esto se logra cumpliendo las dosis en los intervalos de tiempo indicados por tu doctor. Si ocurren olvidos en la ingesta del mismo, o dosificaciones inadecuadas, las bacterias pueden desarrollar mecanismos de resistencia que traen consigo la necesidad de cambiar el tratamiento a otro de mayor espectro.
Sexto: Los Antibióticos no alivian enfermedades virales ni micosis. Las enfermedades infecciosas son causadas por virus, hongos o bacterias. Existen enfermedades muy molestas, causantes de síntomas similares a las de origen bacteriano, pero que no lo son, por ejemplo, el resfriado común, la mononucleosis infecciosa, la aspergilosis, entre otras tantas. Los virus son agentes infecciosos que se aprovechan de la maquinaria propia de las células del humano o animal afectado, para reproducirse. Los hongos invaden los tejidos y los enferman causando grandes afecciones orgánicas. Su sintomatología puede ser muy aparatosa, pero los antibióticos no tienen la capacidad de revertir las consecuencias de las infecciones por estos agentes causales, y es por ello que no se usan con esta finalidad. En ciertos casos, los tejidos infectados por ciertos virus pueden sufrir sobreinfecciones bacterianas, en cuyo caso debe iniciarse su uso, o las infecciones por hongos pueden asociarse a ciertas bacterias tambien, y en estos casos la terapia antimicótica debe asociarse al uso de antibióticos, pero no son la mayoría de los casos.
Séptimo: Los antibióticos tienen efectos secundarios, que pueden ser graves. Las reacciones adversas al uso de antibióticos son diversas, por ejemplo, una común es la eliminación de la flora normal de nuestros órganos y tejidos (como en el tracto vaginal o intestino), causando secundariamente picazón o prurito genital, evacuaciones diarreicas, sobreinfección por virus y hongos, entre otros. Se puede contrarrestar con el uso de agentes probióticos con la finalidad de restablecer la población bacteriana normal de nuestro cuerpo y evitar los efectos indeseables. Otros como el dolor en la boca del estómago, nauseas, vómitos debido a la irritación de la mucosa gástrica (más frecuente con el uso de medicamentos vía oral), mal sabor de los alimentos (como en el caso del metronidazol y el secnidazol), entre otros menores. Pero también se pueden temer otros efectos indeseables, por ejemplo el uso de aminoglucosidos puede conllevar a las afecciones en riñones y oídos, sobre todo si se usa en altas concentraciones o con tratamiento continuo por largos períodos de tiempo en el mismo paciente, tambien aunque mas raro, el bloqueo neuromuscular. Se evita su uso en embarazadas porque estos efectos los puede sufrir el feto.
Otros como las quinolonas afectan el crecimiento óseo en menores de 19 años. Todos pueden causar reacciones alérgicas, y el grupo mas comúnmente implicado es el de las penicilinas. Cierto porcentaje de pacientes alérgicos a las penicilinas tambien pueden serlo a las cefalosporinas debido a su similitud estructural. La situación mas temida de una reacción anafiláctica, es que se hinche la glotis (edema de glotis) lo cual no permitiría que el paciente respire, y ello amerita la atención médica inmediata. El cloranfenicol puede causar la producción de todas las células de la sangre, como los glóbulos blancos, los rojos e incluso las plaquetas, al afectar el funcionamiento de la médula ósea. Tambien puede prolongar el efecto de algunos medicamentos al disminuir los efectos de la enzima citocromo 450 que interviene en la degradación de varias sustancias como la warfarina. Es por esta razón que estos medicamentos deben usarse bajo estricta vigilancia médica.
El desarrollo de la tecnología ha dado lugar a muchos avances en la medicina, y la gran variedad de medicamentos es uno de los que tienen más valor para la medicina actual. Gracias a los medicamentos, se ha llegado a cambiar incluso el enfoque de tratamiento de multiples enfermedades, es por ello que se dedica tanto tiempo, dinero y esfuerzo en el desarrollo de los mismos. Sin embargo, cada uno de ellos tiene un uso definido para cada patología; aplicarlos de manera racional, para indicaciones precisas y bajo la vigilancia que amerita su uso tiene vital importancia en el efecto que ellos persiguen lograr. Si algún medicamento no está logrando el efecto deseado con su uso, es probable que se deba a que el agente que se presume que esta causando la enfermedad, no este bien definido. El uso indiscriminado de cualquier sustancia puede causar efectos indeseables e incluso empeorar ciertas situaciones. De seguro existen muchas situaciones que pueden enriquecer esta información que te brindamos hoy…¿tienes alguna que compartir con nosotros? ¡Nos encantaría que lo hicieras!
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