Cuando era pequeña me encantaba la remolacha, y supongo que por eso ahora no podía ni verla, creo que la acabé aborreciendo.
Y como si de una niña pequeña me tratase, la mejor manera de comer verduras o frutas que no te gustan es camuflándolas.
Así que decidí que en un smoothie sabría mejor y me tomaría una buena ración de remolacha ( intento tomar todo tipo de verduras aunque algunas no me gusten nada).
Fue un punto a mi favor, porque he de decir que aunque sabe algo a remolacha, su compañera la piña, hace que sepa más ligero, y más fresquito y ligero.
Así que ya sabéis, probad este smoothie que si os gusta el betabel os encantará y si os pasa como a mi, os lo tomaréis engañando a vuestro paladar.
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